Fútbol
España se divierte con Islandia (5-0)
Morata puso por delante a la Roja en la primera parte: marcó un primer gol fantástico y el segundo de penalti. Yéremy Pino hizo el tercero y Sarabia sumó dos nada más entrar
España se despide hasta junio con una goleada y una sonrisa, con la sensación de que no todo tiene que ser sufrimiento y victorias apuradas. A veces, el dominio se traduce en goles y entonces la vida parece más fácil.
Fue Morata el primero que acertó, aunque antes ya le habían anulado otro por fuera de juego. Resolvió con tranquilidad y sencillez delante del portero. Eligió el lado del palo más cercano y fue feliz. Tanto que se atrevió a lanzar el penalti que valió el segundo gol de España. Tiene la confianza de Luis Enrique el delantero de la Juventus, aunque a veces da la sensación de venirse abajo demasiado pronto. No fue el caso.
Con sus dos goles iguala a Butragueño en la tabla del pichichi de la selección, aunque algunas estadísticas conceden al «Buitre» un gol más. Ahora Morata sólo quiere cumplir su deseo de jugar un Mundial. Lopetegui lo dejó fuera del de Rusia en el último momento. Una de las mayores frustraciones de su carrera, pero Luis Enrique siempre lo ha respaldado.
Dice el seleccionador que partidos como éste sirven para que la selección ensaye lo que se puede encontrar en la primera fase: rivales que se encierran, que tapan huecos y que obligan a España a abrir muros. A eso se dedicaron con especial eficacia los dos jugadores que entraban por la banda izquierda, Jordi Alba y Dani Olmo. Una combinación perfecta que complicó la vida de los defensas islandeses. Por ahí llegó el penalti que marcó Morata en una gran jugada del jugador del Leipzig, que siempre ofrece una salida para sus compañeros. A veces, como sucedió ante Islandia, encarando por el costado. Otras, como el sábado pasado contra Albania, resolviendo el partido con un remate en el último momento. No tiene miedo a nada y cada vez resulta más imprescindible para el seleccionador.
Por la izquierda llegaron casi todos los goles. Jordi Alba siguió insistiendo y puso el tercero en la, cabeza de Yeremy Pino antes de que Marcos Alonso tomara el relevo y le diera los dos siguientes a Sarabia.
Pero antes de que la pelota llegara a la banda resultó fundamental la presencia de Carlos Soler en el centro del campo. El jugador del Valencia se ha ganado un lugar en el corazón del seleccionador desde su estreno en el pasado mes de septiembre. Ahí se hizo decisivo por los goles. En Riazor, por sus pases. Aunque a veces no necesitaba ni tocar la pelota, como hizo en el primer gol. Dejó pasar el balón que le había mandado Guillamón para dejar a Morata sin más rival que el portero para marcar el primer tanto de la Roja.
Soler se encargaba de abrir el campo con sus pases desde el interior izquierdo mientras Llorente ofrecía su llegada por el otro lado. El centrocampista del Atlético era una de las opciones de Luis Enrique para jugar como mediocentro por delante de la defensa, pero el seleccionador prefirió a Koke para iniciar el juego. El capitán del Atlético no ha marcado ningún gol en sus sesenta partidos con la Roja, aunque estuvo cerca en un remate que buscó la escuadra cuando el partido todavía estaba empatado a cero. También estuvo cerca Llorente en un cabezazo desafortunado a centro, otra vez, de Jordi Alba.
En un solo movimiento, Luis Enrique dejó a España sin sus mejores jugadores sobre el campo. Se marcharon Jordi Alba, Dani Olmo y Morata.
Pero los sustitutos, especialmente Marcos Alonso y Sarabia demostraron por qué están en los planes del seleccionador. Marcos está acostumbrado a jugar con tres centrales, un sistema que protege más su espalda, pero ya demostró en la fase final de la Liga de Naciones que puede adaptarse a jugar en una línea de cuatro en el fondo. Y con mucha más facilidad cuando el rival apenas tiene inquietudes ofensivas.
Todo cambia y todo permanece en la selección, que sólo conservó a Morata en la alineación de los once que comenzaron contra Albania en Barcelona. Pero el estilo es el mismo, la querencia por la pelota y las ganas de llegar a gol.
Y eso lo entienden todos, los viejos y los nuevos. Como Guillamón, que debutaba de verdad, porque ya el verano pasado se estrenó contra Lituania cuando la sub ‘21 tuvo que ocupar el lugar de la absoluta en Leganés después del positivo de Busquets. El defensa del Valencia destaca por su salida del balón, igual que David Raya, el debutante del partido ante Albania. Todos juegan a lo mismo porque Luis Enrique los elige para eso. Para que a la Roja se la reconozca sin mirar la camiseta.
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