Champions League
3-0. El dulce sabor de la venganza
Necesitaba el Real Madrid un partido como el de ayer para sentirse de nuevo superior y a gusto consigo mismo. Necesitaba dar un golpe de autoridad en un encuentro importante, y nada mejor que los cuartos de final de la «Champions» para mostrar una de sus mejores caras esta temporada: la de un equipo intenso durante los noventa minutos, concentrado atrás y rápido y efectivo delante, un equipo que aún tiene mucho que decir en lo que queda de temporada. El Borussia vio pasar un vendaval durante muchos minutos del partido, muy similar a lo que vivió el Madrid el año pasado en Dortmund. Sólo en la segunda mitad, con tres tantos en contra, el conjunto alemán logró acercarse a la portería de Casillas. Buscaba un gol que le diera algo de oxígeno para la vuelta el martes que viene y entonces sí que se pareció al conjunto de hace un año: rápido y creando peligro en cualquier despiste del rival. El Borussia da miedo cuando tiene un poco de espacio o el rival está cansado, como los locales durante unos ratos de la segunda parte. Para mantener al equipo en los momentos en los que necesitaba un respiro, apareció Pepe, el mejor defensa ayer, contundente, atento al corte. No suele ser estético ver a alguien jugando atrás, pero ayer el central portugués dio una clase maestra. Ha llegado a final de temporada en forma para ser decisivo. Con él atrás y con Xabi Alonso un poco más adelante, los de Ancelotti mantuvieron el equilibrio durante casi todo el partido. El centrocampista, tras unos días más apagado, volvió a ser el vértice de todos. Bien lo sabe Coentrao, que durante todo el partido se llevó sus charlas.
Pepe estuvo a un nivel espectacular, pero es que todos sus compañeros mantuvieron un nivel altísimo. Con Isco en el campo, el ataque mezcló la potencia de Bale y Ronaldo y la sutileza del andaluz y Benzema. Los primeros veinte minutos, el Borussia no pudo salir de su campo, encerrado, sacando agua, intentando parar los movimientos de ataque del Madrid. En el minuto cuatro ya se había llevado un gol de Bale, tras una buena jugada de Carvajal y Benzema.
Era el mejor modo de empezar. El Madrid se vengaba de la eliminación en semifinales hace un año, de las derrotas contra el Barcelona y el Sevilla y de la amarga victoria contra el Rayo, entre el descontento del público. Se olvidó todo eso, porque la Liga de Campeones tiene ese poder y el fútbol del Madrid dio esperanzas para pensar en retos importantes. Fue un equipo decidido. Aunque no pudo aguantar el ritmo con el que salió, el equipo supo contenerse y esperar para encontrar sus oportunidades. Dio más espacio al rival y se aprovechó de lo que el Borussia dejaba atrás. El Madrid tenía a Isco inspirado y de titular por la gastroenteritis de Di María y el centrocampista se sintió feliz como hacía tiempo que no pasaba. Encontró a Ronaldo varias veces, se movió entre la media punta cuando su equipo atacaba y de volante cuando defendía y, de paso, marcó un golazo, suave, al palo del portero. Un gol muy de Isco.
Con los dos goles, el Madrid se tomó el partido de otra manera. Que no podía recibir un gol lo tenía muy claro y se veía en la posición de Modric, que apenas llegó al área rival, dejó eso para Isco. Eso sí, cuando lo hizo, el croata fue decisivo: robó un balón y dio el tercero a Ronaldo, que se queda a uno de ser el máximo goleador de la Liga de Campeones en una temporada. El portugués acabó literalmente roto y tuvo que ser sustituido. Como él estaban sus compañeros, que hicieron un partido completísimo, sin descuidar ninguna faceta del juego. El Madrid ha vuelto, ojo.
Ficha técnica:
3 - Real Madrid: Iker Casillas; Carvajal, Pepe, Ramos, Fabio Coentrao; Modric, Xabi Alonso, Isco (Illarramendi, m.71); Bale, Benzema (Morata, m.75) y Cristiano Ronaldo (Casemiro, m.80).
0 - Borussia Dortmund: Weidenfeller; Piszczek (Schieber, m.67), Hummels, Papastathopoulos, Durm; Grosskreutz, Kehl (Jojic, m.74), Sahin, Mkhitaryan (Hofmann, m.64), Reus; y Aubameyang.
Goles: 1-0, M.3: Bale. 2-0, M.27: Isco. 3-0, M.57: Cristiano Ronaldo.
Árbitro: Mark Clattenburg (ING). Amonestó a Reus (m.18) y Kehl (m.29).
Incidencias: Partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante unos 70.000 espectadores. Rafael Nadal, número uno del tenis mundial y reconocido aficionado madridista, asistió al palco, entre otras personalidades.
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