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El Atlético encuentra en Oporto el espíritu de Anfield

Como hace dos años en Liverpool, convirtió un partido en el que era inferior en una heroicidad. Además, perdió a Vrsaljko, que se partió la cara jugando de central

Vrsaljko disputa una pelota con Luis Díaz
Vrsaljko disputa una pelota con Luis DíazLuis VieiraAP

«Me pone muy contento por él. Jugó todo el segundo tiempo con la cara lastimada, esperemos que no sea nada», decía Diego Pablo Simeone cuando le preguntaban por las lágrimas de Vrsaljko al final del partido en Oporto. Pero la lesión era más grave de lo que esperaba el Cholo y el croata tendrá que ser operado de una rotura en el «arco cigomático», según explicaba el parte médico. Una fractura en el lateral de la cara para la que no se especifica tiempo de recuperación.

Vrsaljko, que llegó como lateral derecho hace unos años, tuvo que jugar como central ante las ausencias de Felipe, Savic y Giménez. Y dejó satisfecho a su entrenador, que en los últimos partidos ha preferido utilizar a Marcos Llorente como lateral derecho que a un especialista como él. «Ha hecho un partidazo increíble. Esto hace bien cuando hablo con el grupo y les digo a todos que son importantes, que un día el que juega menos tiene que jugar. Le tocó a él, había jugado en la pretemporada varios partidos de central porque lo hace bien y ha cumplido con todo lo que pedía el partido», explicaba el Cholo en Oporto.

El croata es un ejemplo del sacrificio y del compromiso de los jugadores del Atlético, que convirtieron un mal partido en una heroicidad que terminó con un resultado mucho más cómodo de lo que se intuía por el juego.

Simeone habla de la fuerza del grupo y ése es uno de sus logros. El «contra todo y contra todos» como lema para unir a la plantilla. «Con lo que me quedo y es más importante para los jugadores, sobre todo, es que terminan ganando los grupos, terminan ganando los equipos, y terminan ganando los equipos que trabajan todos a lo mismo», decía el Cholo tras el encuentro. «Contento y orgulloso de mis futbolistas, que jugaron con mucha personalidad, con jerarquía», añadía.

Y Oblak le daba la razón. «No muchos creían en nosotros en el momento en que estamos, pero en un partido así se muestra el equipo y el grupo. Se ha demostrado que tenemos un grupo fuerte y que podemos hacer mucho más de lo que estamos haciendo. Muy feliz por toda la gente atlética», decía el portero esloveno. «Si hay que sufrir, hay que sufrir. No veo que haya un límite. Ojalá podamos sufrir menos, pero es fútbol. Hay que mantener la cabeza alta cuando se pierde y mejorar; y cuando ganas estar tranquilo porque no has hecho nada. El Atlético, desde que estoy aquí, siempre ha sacado todo lo bueno cuando más necesario ha sido», añadía.

El choque de Oporto tiene similitudes con el de hace dos años en Liverpool. Aquel día despertó Llorente y el Atlético se llevó un partido y una eliminatoria en los que había sido muy inferior. Como en Oporto. Después de la victoria en Anfield el Atlético salió transformado. Fue el último partido antes del confinamiento, del que los rojiblancos salieron convertidos en un equipo diferente.

Llegó con dudas a Anfield y salió con un impulso que le permitió ser campeón de Liga la temporada siguiente. Simeone pretende que el impulso de Oporto le sirva también para despegar en este curso en el que ha perdido parte de su personalidad. Encaja más goles que nunca y le cuesta cerrar partidos que aparentemente tiene ganados.

Pero en Oporto encontró la fe y la seguridad que necesitaba cuando más débil parecía. Y, de paso, encontró también la mejor versión de Jan Oblak. El guardameta esloveno lo ha salvado en muchas ocasiones. Y en Do Dragao, antes de los goles rojiblancos, estuvieron sus paradas.

Además, el Atlético descubrió a Matheus Cunha, que tuvo que salir muy pronto del banquillo para sustituir a Luis Suárez. La emergencia se convirtió en una oportunidad para el brasileño, que estuvo cerca de marcar en una jugada individual que remató con una vaselina y que fue decisivo para equilibrar el partido con la expulsión de Wendell, cuando el Atlético estaba con diez. «Tenemos que estar preparados para ayudar como siempre intento estar, entrando rápido y ayudando mucho», dijo antes de agradecer el apoyo de sus hinchas. «Nuestra afición cantó más que todo el estadio. Esto es el Atleti», aseguraba el brasileño, orgulloso.