Bale no espera más

En el minuto 58 del partido entre Gales y Serbia (0-3 al final), un duelo intrascendente para Gales, directo al olvido, sucedió la noticia que tanto tiempo se llevaba esperando. En la banda, de rojo y con el 17 a la espalda, Gareth Bale observaba cómo Andrew King se acercaba a él para chocar las manos, sustituirlo, saltar al campo y, 116 días después, por fin, disputar un partido oficial. La última vez que lo hizo fue en la Premier, el Tottenham contra el Sunderland. En julio participó un encuentro de pretemporada y ya no volvió a jugar un minuto hasta ayer, ya como futbolista del Real Madrid.

Si no está en forma, lo disimula bien. Como si no le hubiese pasado factura la espera. En poco más de 30 minutos, hizo un caño a un defensa rival y pudo hacer un gol en el lanzamiento de una falta. Su extraño efecto superó al portero y el balón, al bajar, se estrelló contra el larguero. No marcó por muy poco. Sin tiempo para casi nada, con el choque decidido y tras muchos días sin disputar un encuentro, Bale demostró que es un futbolista especial, que puede hacer cosas importantes en cuanto tenga más minutos. Con los de ayer, parece que no sólo ha olvidado el largo verano en el que se decidía su futuro, sino también las molestias en la ingle que le afectaron en la concentración con Gales. Se hizo un escáner y éste mostró que no le sucede nada. O sea, que puede jugar, como decidió ayer su entrenador Coleman.

Hoy Gareth Bale se entrenará por primera vez en Valdebebas a partir de las 17:00 horas, con el Real Madrid. Ayer jugó con su selección, es hoy cuando comienza su nueva vida. «No puedo esperar para ir a Madrid», dice en su tuiter, con el hashtag #halamadrid