Restringido
Cara a Cara: ¿Es Gareth Bale un chupón?
El galés es un jugador egoísta
Carme Barceló
V oy a responder rápido, cortito y al pie: sí, querido Alfredo, el galés es un futbolista egoísta. El pareado le viene al pelo y así lo piensan también en su amado País de Gales y en el Bernabéu. Yo no me lo invento. Lo recogen las hemerotecas y el medidor de silbidos. No hay peor ciego que el que no quiere ver y no hay peor sordo que el que no quiere oír. Bale tenía una ocasión única para ponerse el traje de Cristiano y echarse al equipo y a la afición a la espalda. Y no fue así. Le costó entrar en juego y vagó por el campo más de media hora. Y cuando se entonó, pecó de «yoísmo» y sus compañeros –¡ay, ese lenguaje no verbal que destilan las imágenes de este partido!– y el público, éste con más contundencia, se lo recriminaron. Le negó un balón de gol a James, cuya cara fue todo un poema ante tamaña falta de generosidad, y falló estrepitosamente lo que hubiera supuesto el 3-1.
- Lo que vale Bale
No te voy a negar su calidad, apreciado Duro, pero pienso que está sobrevalorado. En precio y en peso específico. O lo que es lo mismo: de galáctico tiene poco. Aún no tengo claro lo que costó. Tanto hablar del precio de Neymar y ha quedado diluido el saldo final de la «operación Bale». Aún espero una cifra oficial por parte del Real Madrid y, aunque filtró que fueron 91 millones, un directivo del Tottenham deslizó que se habían pagado 101. Ni uno más ni uno menos. Era importante que no se supiera el montante para no excitar las iras de Cristiano y Jorge Mendes, que estaban entonces en conversaciones por su renovación. La cuestión es que Gareth costó un Congo y no se ha metido el público en el bolsillo y sí presumiblemente cerca de once millones netos por año.
- ¿Qué va a decir Carletto?
Lo sorprendente habría sido que, tras las iras del público, Ancelotti no hubiera defendido a su jugador. Normal y lógico su apoyo. Reconoció que había fallado dos ocasiones, pero a Carletto le compensó la asistencia del tercer gol. Pero sabe que tiene temita con Bale. Más allá de su valía futbolística, el técnico debe redireccionar el egoísmo del galés hacía el grupo.
Pregúntale a Bartra por Valencia
Alfredo Duro
Un chupón de los que tú te acordarás toda la vida, Carme. Recordarás por los tiempos de los tiempos aquella galopada eterna del «expreso de Cardiff» cuando todo el barcelonismo, sin excepción de ninguna clase, no tuvo más remedio que rendirse ante la evidencia del tsunami que les había pasado por encima. Pregúntale a Bartra si Bale es un chupón o un fenómeno devastador que la naturaleza presenta de vez en cuando. Nadie le tildó de chupón en aquella memorable final de Copa. Nadie tuvo en aquel momento histórico la desfachatez de discutir su envidiable futuro que tiene. Nadie puso en duda las condiciones naturales de este prodigio galés cuando se elevó sobre el cielo de Lisboa para poner su cabeza y su huella en la historia europea del Real Madrid. En la «Décima».
- Avalado por los técnicos
«Un gran jugador que hoy ha dado una gran asistencia». Lo dijo Carletto al acabar el partido y lo deja claro el detalle que tuvo con James para evitar que tus delirios sobre chupones y chupitos tengan el menor recorrido. Más de entrenadores: «Bale juega en el Madrid como jugaba en el Tottenham. Quiere ganar y ser el mejor siempre». Y lo dice David Moyes, que durante largos años en la Premier ha adquirido bastantes más conocimientos que tú para medir la auténtica dimensión de este jugador, que tiene una velocidad que recuerda al histórico Paco Gento. Porque Bale, al que tú también señalabas como un jugador «herniado», lleva esta temporada en Liga la mitad de asistencias de gol –cinco– que goles, diez. Y este «chupón», dio la pasada temporada en nuestra Liga un total de doce asistencias para un total de quince goles.
- Precio justo
Y como ya sé que en el fondo lo único que te preocupa es lo que le costó Bale al Real Madrid, te diré que aquí tienes, a diferencia de lo que ocurre en Barcelona y Brasil, la información que los inversores privados del Tottenham presentaron sobre este traspaso: 90 millones de euros que con diferentes variables podrían llegar a los 100. Bastante menos de lo que aún hoy no se ha explicado del fichaje de un tal Neymar.
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