Carlo Ancelotti ha sido la sensación en Brasil desde que se confirmó que estaría al frente de la absoluta. Desde el comienzo de su proceso la expectativa ha sido elevada y, tras sus dos primeras jornadas, ya supo cómo corresponderle. Tal ha sido su impacto en el país sudamericano que no solo es motivo de análisis su estrategia sino también sus gustos personales, como el masticar chicles.

El seleccionador italiano tomó las riendas de la canarinha para afrontar la jornada 15 y 16 de las eliminatorias rumbo al Mundial de 2026. Hizo su debut el 6 de junio ante Ecuador con un empate a cero de visita. Luego, recibió a Paraguay en su estreno oficial como local y consiguió una victoria por la mínima. Con estos resultados, Brasil consiguió su pase y comenzó por lo alto la era de Carlo Ancelotti.

Sin embargo, más allá del meritorio resultado, la prensa local llevó a otro nivel el periodismo de investigación y consiguió definir un dato que se aferra a uno de los rasgos más icónicos del estratega: ¿cuántos chicles come en un partido? Según arrojó el estudio, el italiano masticó nueve chicles durante el encuentro ante Paraguay, cinco en el primer tiempo y cuatro en el segundo, cuando Vinicius ya había puesto a la verdeamarelha por encima en el marcador.

También se conoció que ante Ecuador saboreó ocho, cinco en el capítulo inicial y tres en la segunda mitad. El chicle ha acompañado durante mucho tiempo a Ancelotti, quien solía fumar para tranquilizarse durante los partidos y consiguió esta alternativa como una variante cuando la FIFA prohibió los cigarrillos en las canchas.

En una entrevista con Jorge Valdano, ganador del Mundial de México 1986 con la Selección Argentina, explicó: "Fumaba mucho, ahora uso electrónicos. Para suplirlos me sirven los chicles". Además, la prensa brasileña estima que en partidos de mayor estrés puede subir la cifra.

¿Cuánto gasta Ancelotti en goma de máscara?

Sacar este dato con exactitud es prácticamente imposible, pero sí se pueden realizar cálculos orientativos que acerquen a la cifra total. Aproximadamente, el entrenador italiano ha dirigido unos 950 partidos desde que se prohibió fumar en los estadios en 2003. Si se calcula que, exageradamente, mastica unos 14 chicles por encuentro, se obtendría una cifra que supera los 13.000 durante este período. Considerando que el precio de un paquete que trae unos diez chicles es de algo más de un euro, el estratega se habría gastado cerca de 1.500 euros durante estos años.