La derrota en el campo del Betis ha vuelto a poner al Real Madrid en ese lugar de incertidumbre en el que ya ha estado varias veces esta temporada. Gana varios partidos seguidos, con un buen papel, parece que empieza a ser un equipo solvente y, de repente, se vuelve a caer. Nunca, como entrenador del equipo blanco, Carlo Ancelotti había hecho números tan pobres en LaLiga. Este curso suma 54 puntos en 26 encuentros disputados.

En la temporada 14-15, la de después de la Décima, llevaba 61, con cinco derrotas, una más que ahora. Pero este curso ha empatado más partidos. Dos puntos más (56) llevaba en la 22-23, con una diferencia notable: entonces tenía LaLiga perdida. En esta todavía tiene bastantes posibilidades. Pero, como volvió a repetir el entrenador tras el partido en Sevilla, hay que cambiar otra vez.

Compromiso

El entrenador blanco volvió a usar esa palabra, que había desterrado de su vocabulario en las últimas semanas por el buen papel general del equipo. «Perder en este momento de la temporada cuesta, porque todos los equipos corren y nosotros en este partido no lo hemos hecho bien», decía el entrenador, con un silencio tras el verbo «corren». El Real Madrid es un equipo desequilibrado y su éxito solo puede pasar por maquillar ese desequilibrio con el esfuerzo de sus hombres de más talento. Los días que, por diversas razones, no lo consiguen contra rivales que le plantan cara, le cuesta todo muchísimo y ni ataca ni defiende como debe.

Las bajas

La ausencia de Fede Valverde en la banda derecha está resultando trascendental, porque cubre el lateral y, además, suma como un hombre más en el centro del campo. El equipo gana fortaleza atrás y más presencia unos metros delante. El Madrid, pese a los esfuerzos de Lucas Vázquez, es un equipo distinto dependiendo de quién ocupe una posición que, en principio, no debería ser tan importante. Según Carlo Ancelotti, el jugador uruguayo estará para el partido del martes contra el Atlético. Pero es que necesitaba estos dos partidos de reposo para recuperarse.

También echa de menos a Ceballos. El entrenador aseguró que en la primera parte del encuentro del sábado se perdieron 27 balones, «demasiados», adjetivó Carlo Ancelotti. Es imposible dominar un encuentro si no se tiene el control del balón. Presionado en algunas fases del partido, como le ha pasado otras veces, tuvo muchos problemas para conseguir sacar el balón jugado desde atrás.

Problemas defensivos

El Real Madrid recibió 18 disparos, la cifra más alta en todos los encuentros de LaLiga que ha disputado. Nunca fue capaz de dominar al rival y en el primer gol, Johnny remata en el área pequeña tras un saque de esquina. Ancelotti aseguró que atrás, con la vuelta de Alaba, había pasado la urgencia defensiva, pero aún no ha ajustado piezas y tiene que decidir, con los tres centrales de los que ahora dispone, cuáles forman su equipo titular.

Alaba y Rüdiger fueron titulares el sábado; Rüdiger y Tchouaméni lo fueron contra la Real y también algunos minutos contra el Betis, antes de que el alemán acabara de delantero centro. En ninguno de los dos últimos encuentros ha jugado Asencio en el centro de la defensa. Cuando ya le mandó al banquillo tras su fulgurante aparición, aseguró que necesitaba jugadores con mejor rendimiento en los balones altos. Si no llega a ser por Courtois, el Real Madrid hubiese recibido otro gol en una jugada muy similar a la del primer tanto.