Atlético de Madrid
El Atlético se reconoce por fin
Cruzan sus caminos los dos galos en el ataque colchonero. Yendo Antoine desde la banda al centro y ocupando Kevin el vacío en banda
El Ciutat de Valencia era un campo maldito para Simeone: cinco visitas resueltas con tres derrotas y dos empates. Eso, unido a la resaca europea y la tensión del pasado miércoles en el duelo ante la Roma hacía prever una jornada complicada para los rojiblancos, que, además, está temporada todavía están buscándose en la memoria. Parte de su identidad la encontraron ayer en el lugar menos esperado. El Atlético se pareció mucho al Atlético para conseguir una victoria que seguro que carga la moral del grupo.
Claro que con comienzos como el de ayer todo es más fácil. Cuando los jugadores todavía le estaban tomando la temperatura al ambiente, llegó la primera colada de Gameiro, que Rober convirtió en el 0-1 en propia puerta al intentar evitar que Correa rematara a placer. Ya se sabe que el Atlético está teniendo problemas con el gol esta temporada, pero si los marcan los rivales tampoco va a decir que no. El segundo tanto fue similar. Esta vez la ayuda vino del otro central, Chema Rodríguez, que salvó un gol cantado de Correa, pero en lugar de despejar fuera o fuerte dejó la pelota muerta para que Gameiro la empujara sin oposición. El comienzo de la jugada fue casi el mismo: un balón a la espalda de la defensa levantinista. Por ahí había hueco, un chollo para el equipo de Simeone, que encontró camino para correr y ser feliz. Bien replegado, cada vez que recuperaba la pelota era un tormento para su rival. Y no hacía falta que ese robo fuera cerca de la portería de Oier; desde lejos, en dos pases, ya estaban ahí. O si no, en tres o cuatro. No tuvo dificultades el Atlético en superar las línea de presión para llevar el balón a Griezmann, Gameiro o Correa con mucho espacio para que avanzaran.
A la contundencia arriba, el conjunto rojiblanco unió la solidez que le ha hecho famoso. Junto y solidario, apenas concedió ocasiones a un Levante que chocaba con un muro y se descuidaba. Necesitaron una hora los valencianos para encontrar el primer remate entre los tres palos, pero fue un tiro lejano y manso de Enes Ünal. El jugador turco estuvo más cerca del gol en la acción siguiente, que comenzó por un mal despeje de Oblak. Pero poco más ofreció el Levante, fulminado un instante después de nuevo por Gameiro. El francés fue asistido de forma fantástica por Griezmann, que logró colar un balón entre las numerosas piernas rivales.
El festival galo no había hecho más que comenzar. El Levante estaba completamente descompuesto y únicamente Morales mostró algo de peligro arriba. Pero el funcionamiento colectivo fue una rémora y Gameiro y Griezmann se movieron como quisieron. Hubo goles para todos. Y todos estaban necesitados de ellos, así que la alegría fue completa. Un doblete para cada uno y Simeone que pudo dar minutos a Torres. El «Niño» no aprovechó sus dos remates más claros.
El Atlético no le pierde la cara a la Liga, donde nadie lo ha vencido, aunque su gran número de empates le han penalizado.
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