Duelo de alto voltaje en Lyon

El Sevilla debe refrendar su pase en el campo del Olympique, donde le vale perder por un gol

Hace dos semanas, en vísperas de medirse a la Juventus, al Sevilla le bastaba con sumar un punto en dos partidos para estar en los octavos de la Liga de Campeones. Hoy, las oportunidades se han dividido entre dos, pero las posibilidades han aumentado con la derrota por la mínima, que también clasificaría a los andaluces. El problema es que su rival, el Olympique de Lyon, también depende de sí mismo: de ganar por dos o más goles, acompañará a los turineses en el sorteo.

El partido llega precedido por una extraña tensión, que se suma a la propia de una «final» entre dos rivales conscientes de que sólo hay sitio para uno. El Sevilla está escamado por lo mal que ha encajado la UEFA los recurrentes problemas de seguridad causados por sus hinchas radicales, que han viajado hasta Francia con la aviesa intención de costumbre. Existe en el club la convicción de que el infame arbitraje del inglés Clattenburg contra la Juventus no fue ajeno a la tibieza culposa con la que se trata a los ultras en el Sánchez Pizjuán. Y se teme que el sueco Jonas Eriksson, el colegiado hoy, actúe como brazo ejecutor del máximo organismo del fútbol europeo, acreditado especialista en que ciertas eliminaciones parezcan un accidente. «Sólo espero que el árbitro de mañana esté a la altura de la Champions», osó pedir ayer el presidente Castro. Y ya habló demasiado.

En el plano deportivo, los sevillistas se niegan a encarar el choque con el espíritu especulativo al que invita saberse clasificados incluso en caso de derrota mínima. El elenco atacante del Olympique (Lacazette, Fekir, Ghezzal, el renacido Valbuena...) infunde respeto y sería un suicidio limitarse a un dejar pasar los minutos guardando la viña de Sergio Rico. Y no porque se trate de una táctica ilegítima, ni mucho menos, sino porque el plantel de Sampaoli no lleva el conservadurismo en los genes. No fue construido para defender y supone un error el forzar la propia naturaleza.

El entrenador argentino tiene la importante baja por sanción del Mudo Vázquez, su discípulo predilecto. Para suplirlo, contará con Nasri, recuperado de su lesión muscular, y se debate entre reforzar el centro del campo con un acompañante para N’Zonzi (Iborra o Kranevitter) o dejar a un solo pivote y que Sarabia acompañe a Vietto y Vitolo en la vanguardia. Es segura, eso sí, la reaparición en el carril izquierdo de Escudero, que ha firmado un excepcional inicio de temporada y cuya ausencia en Granada descompuso todo el entramado defensivo del Sevilla.

El Sevilla busca la tercera clasificación de su historia para los octavos de la máxima competición continental, la que sería la tercera bajo el formato actual de Liga de Campeones. En caso de perder por dos goles, sin embargo, su andadura europea no terminaría, ya que tiene asegurada la tercera plaza, clasificatoria para la Liga Europa, torneo que ha ganado en sus tres últimas ediciones.

La sanción a Sampaoli brinda a Lillo su minuto de gloria

Sancionado a causa de su expulsión frente a la Juventus, Jorge Sampaoli no podrá dirigir hoy a sus jugadores en la banda. En su lugar estará Juanma Lillo, cuya única experiencia continental fue una humillante eliminación con el Zaragoza a manos del Wisla Cracovia en 2000. El técnico argentino, sin embargo, sí intervino en la rueda de prensa de la víspera para confirmar la titularidad de Nasri y asegurar que su equipo encarará el partido «con la necesidad de ganar y ser fiel a la idea. Si cambiamos de idea, perderemos».

Olympique de Lyon: Lopes o Gorgelin; Rafael, Yanga-Mbiwa, Diakhaby, Morel o Rybus; Tolisso, Gonalons, Darder; Guezzal, Lacazette y Valbuena.

Sevilla: Sergio Rico; Mercado, Nico Pareja, Rami; Mariano, N’Zonzi, Iborra o Sarabia, Nasri, Escudero; Vitolo y Vietto.

Árbitro: Jonas Eriksson (Suecia).

Estadio: Parc Olympique Lyonnais.