El «9» que faltaba

Torres, Agüero, Forlán, Falcao, Diego Costa, Villa... y Torres. El «Niño» cerró el año pasado el círculo de grandes delanteros rojiblancos que había iniciado él mismo más de diez años antes. Desde su marcha, el Atlético había encontrado siempre la manera de sustituir con éxito a los goleadores que se marchaban. Pero ya el año anterior se habían quedado a medias con la llegada de Mandzukic –Fernando regresó en enero– y el año pasado la decepción fue absoluta con Jackson Martínez. El colombiano y sus tres goles se marcharon a China en el mercado invernal. Torres explotó en la segunda mitad de la temporada y fue Griezmann el que mantuvo la estabilidad goleadora durante toda la temporada.

Para evitar un año tan complicado en el área contraria, el Atlético ha contratado a Gameiro. El francés marcó 29 goles entre todas las competiciones con el Sevilla y esa relación fluida con el gol es la que buscaba el club rojiblanco cuando fue a buscarlo este verano.

«El Atlético es como una gran familia», advierte Kevin Gameiro en sus primeros días como rojiblanco. Apenas ha tenido tiempo de jugar, se incorporó cuando sus compañeros estaban de gira por Australia y una lesión en el primer día de trabajo complicó su preparación. Pero no preocupa la adaptación del francés, que ya ha demostrado su capacidad rematadora en la Liga con los de Pizjuán, primero como suplente de Bacca y después como titular habitual.

«Puede y debe aportarnos gol», dice el preparador rojiblanco de su nuevo delantero. «Tiene que aportarnos gol», insiste. Pero para Kevin la presión no es nueva. «Ya la he vivido en Sevilla y en París», asegura. «He venido a ganar títulos», dice Gameiro, que llegó atraído por la personalidad de su nuevo entrenador. «Lo que más me gusta de él es su mentalidad. Quiere ganar todos los partidos y además se ve», advertía en su presentación.

El francés se adapta perfectamente a jugar con espacios libres y a la carrera. Simeone ya tiene la pieza que le faltaba para completar su equipo.