El Girona se incorpora hoy a la élite del fútbol español. El club, el 62 que alcanza la Primera División, se viste de gala para recibir al Atlético.

El Girona se incorpora hoy a la élite del fútbol español. El club, el 62 que alcanza la Primera División, se viste de gala para recibir al Atlético de Madrid, en un partido que pasará a la historia de la entidad gerundense. El estadio de Montivili, con un aforo aproximado de doce mil espectadores, que ha sido adecentado en los últimos meses –una grada nueva, el césped y la luz se han renovado– registrará un lleno para ver cómo se desenvuelven los jugadores de Pablo Machín, un técnico debutante en la categoría, ante los guerreros del Cholo Simeone.

Día de fiesta, pero con el aliciente deportivo de que se puede ganar al Atlético, según el optimismo que se desprende en la ciudad. Machín y sus jugadores son más realistas al respecto, pero creen que están en condiciones de hacer un gran partido, plantar cara al rival y demostrar que la nueva andadura quizá no sea tan efímera como piensan muchos. El triunfo ante el Manchester City hace unos días ha servido para dar un empujoncito más a la ambición gerundense.

El club fue fundado en 1930 y en sus 87 años de historia ha pasado por muchas visicitudes. Ha estado 21 temporadas en Segunda, 13 en Segunda B y 44 en Tercera. En las últimas cuatro peleó por el ascenso, que se consumó el pasado 4 de junio tras el empate (1-1) con el Zaragoza. Lo había tenido en la mano el año anterior, pero el Lugo (1-1) frustró sus aspiraciones de ascender directamente en el último minuto. El Zaragoza, en el play off de ascenso, le cortó el paso hacia la gloria. Sin embargo, se siguió confiando en Machín, la plantilla sufrió pocos cambios y está vez no se falló. Después del Levante, que se dio un paseo por Segunda, fue el más regular.

El presupuesto no llegaba a cinco millones, la media de espectadores no superaba los 7.000. Todo queda multiplicado desde ya. Los socios son nueve mil y los 40 millones de los derechos televisivos le permitirán vivir con holgura. Así puede contrar jugadores y pagar a los que llegan cedidos del Manchester City, club con el que mantiene una estrecha relación. Douglas Luiz, Aleix García, Marlos Moreno y Pablo Maffeo visten ya de rojiblanco, aunque los cuatro no estarán en el once ante el Atlético.

609 kilómetros separan el Wanda Metropolitano del Montilivi, pero la distancia futbolística, que en teoría debe existir entre catalanes y madrileños no será tanta. Girona (99.000 habitantes) es la capital de provincia más pequeña de Primera. Villarreal y Eibar tienen menos problación, pero, por ejemplo, Leganés y Getafe le superan. Un club, pues, modesto, que afronta una aventura interesante. Como dicen algunos de sus aficionados, «la gente en Girona es ahora primero del Girona y después del Barça». Hoy toca el Atlético, pero la afición podrá disfrutar con las visitas del Barcelona y del Real Madrid que ya han jugado en Montilivi. En Liga, será distinto.

Al menos eso espera Pablo Machín, un soriano (42 años) que sin hacer ruido, pasito a pasito, ha logrado la gesta de ascender al Girona. Llegó desde su querido Numancia, donde pasó toda su etapa como futbolista, y se ha ganado a la gente por su forma de ver el fútbol. Le han renovado hasta 2019 porque más allá de los resultados se valora el método de trabajo y su buen gusto.

Hoy se examina ante Simeone y lo hace sin complejos. «Queremos tener la misma idea que teníamos en Segunda, pero no somos ningunos locos y sabemos que es muy complicado. Tenemos que adaptarnos a los rivales y tratar de imponernos a lo que el contrario va a tratar de hacer. La idea va a seguir siendo ser un equipo protagonista y que no escatima esfuerzos», explica Machín. Su objetivo. «Dejar tres equipos por debajo de nosotros», afirma el técnico, que insiste en que su equipo está capacitado para «competir y pelear por la victoria» ante el Atlético.