Villarreal
Verdugo Baptistao
Un gol del brasileño, cedido por el Atlético, dio al Villarreal el triunfo. El equipo de Marcelino fue más sólido que el de Simeone
Un gol del brasileño, cedido por el Atlético, dio al Villarreal el triunfo. El equipo de Marcelino fue más sólido que el de Simeone
Leo Baptistao, jugador del Atlético, cedido al Villarreal, fue el verdugo de los rojiblancos. Un espléndido gol, tras una jugada muy bien elaborada, dejó a los de Simeone en el abismo y colocó a los de Marcelino en el cielo. El Villarreal fue más sólido, entendió mejor el partido y se mostró como un equipo ensamblado, con las ideas muy claras, que fue superior a los rojiblancos.
El Villarreal salió muy motivado, asumió la responsabilidad de tener el balón y no tuvo miedo a la hora de triangular, pese a la presión que intentó el Atlético, que nunca acertó en el robo ante un equipo en donde Trigueros y Bruno imponían su ley ante Gabi y Tiago. Ayudaban Samu Castillejo y Dos Santos en las bandas, mientras que Soldado y Baptistao plantaban cara a Godín y Giménez.
El gol de Baptistao tras una acción medida de Trigueros fue el principio del fin para el Atlético, que se pasó toda la noche detrás de la pelota y cuando la tuvo no supo encarar la portería de Areola. Era un equipo muy previsible el de Simeone. La apuesta de Jackson Martínez volvió a resultar fallida; Griezmann, por su parte, no tenía su noche más inspirada y lo mismo ocurría con Óliver. En el centro del campo, la batalla era para los de Marcelino, precisos en el toque y en la profundidad, aunque tampoco inquietaron demasiado a Oblak. El trabajo colectivo premiaba a un equipo que leía mejor el partido, que entendía el juego y que pudo irse al descanso con otro gol, pero el cabezazo en plancha de Samu Castillejo se marchó fuera por centímetros.
El Atlético había probado al seguro Areola desde lejos y en un par de faltas a las que Godín no le puso la suficiente pimienta para sorprender. A Simeone no le gustó su equipo y aparecieron Torres y Vietto para buscar mayor profundidad y para encontrar los espacios que Víctor Ruiz y Bailly no le dejaban. Muy bien los centrales y excelente Bruno, todo experiencia, y Trigueros, trabajo y seguridad hasta que terminó agotado.
Al Atlético el papel de dominador no le gusta en exceso. El Villarreal se refugió en su campo, buscó el contragolpe y cerró espacios. Y ahí se vieron las carencias de un Atlético al que nada le salía bien. Flojitos Gámez y Filipe Luis, el equipo era un embudo. Torres buscaba desmarque y velocidad, pero no acertaba; Vietto tampoco era profeta en su antigua casa y la entrada de Correa, cuando Simeone se lo jugó todo al ataque, resultó infructuosa.
El Villarreal demostró su capacidad de sacrificio, de lucha y además, como no está exento de calidad, impuso su criterio en el juego ante un Atlético al que las rotaciones no le mejoran. Simeone debe reflexionar.
«Empujamos, pero no pudimos»
Baptistao juega en el Villarreal cedido por el Atlético, pero nada le impidió ayer jugar contra «su» equipo. El Villarreal se hace cargo de parte de la ficha del delantero, por lo que el Atlético no ha añadido la cláusula que impide a otros jugadores cedidos por el Atlético enfrentarse a los rojiblancos. «Empujamos en el segundo tiempo, pero no pudimos», se lamentaba Simeone tras el encuentro. «Estamos todos muy apretados en la tabla. Lo más duro es sostener la presión», dice el entrenador rojiblanco.
- Ficha técnica:
1 - VILLARREAL: Areola, Mario, Bailly, Víctor Ruiz, Jaume Costa; Bruno, Trigueros (Pina min. 74), Jonathan Dos Santos (Denis Suárez min. 67), Samu Castillejo; Baptistao (Nahuel min 46), Soldado.
0 - ATLÉTICO DE MADRID: Oblak, Gámez, Godín, Giménez, Filipe Luis; Tiago, Gabi (Vietto min. 46), Saúl , Óliver (Correa min. 65); Griezmann, Jackson (Fernando Torres min 46).
Gol: 1-0, min.14: Leo Baptistao.
Árbitro: Fernández Borbalán (Andaluz). Mostró tarjeta amarilla a los locales Soldado y Nahuel, y a los visitantes Griezmann y Tiago.
Incidencias: Partido correspondiente a la sexta jornada del campeonato de liga, con unos 20.000 espectadores en las gradas de El Madrigal. EFE
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