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Este Barcelona es inmejorable

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Anunció Tito Vilanova en su presentación que no iba a ganar ninguna comparación con Guardiola, pero va camino de triturar sus marcas. De momento, su equipo goleó ayer al Athletic y sumó una nueva victoria que le permite firmar el mejor inicio de toda la historia de la Liga. Un hito que ni el propio técnico había soñado, pero que ya es realidad. No da tregua el Barcelona a sus rivales, ni Messi a los porteros.

Ha encontrado la fórmula Vilanova para encajar a Xavi, Iniesta y Cesc en el once inicial. Lo que antes era un recurso, ahora se ha convertido en un hábito. «Don Andrés» comienza pegado a la banda izquierda y deja los puestos de interior para Xavi y Cesc. Los tres están jugando a un altísimo nivel y los resultados del Barcelona no son sino una consecuencia de ello. La pelota corre más rápido que nunca y ni siquiera la incesante presión del Athletic fue capaz de frenarla. Porque, como anticipó el técnico azulgrana, sus jugadores no iban a tener tiempo para pensar una vez recibieran el balón. El problema de Bielsa es que los centrocampistas del Barça piensan antes de recibir, así que cuando les llega el esférico ya saben qué hacer.

Cesc se está convirtiendo en uno de los nombres propios en clave azulgrana. Vilanova parece haber dado con la tecla para que el de Arenys despliegue su mejor juego, algo que no había conseguido Guardiola. Partiendo de la posición de interior, Cesc tiene libertad para aplicar esa anarquía que le hizo grande en el Arsenal y que la temporada pasada quedó un poco reprimida. La defensa del Athletic quedó completamente desquiciada. Una vez estaba en el extremo izquierdo combinando con Iniesta, más tarde por la otra banda haciendo una pared con Pedro y siempre conectando con Messi por el centro. Pero es que, además, Cesc aporta una llegada que le hace un jugador insustituible, una llegada que Gorka desbarató en la primera parte, pero ante la que no pudo hacer nada en la segunda.

El Athletic Club salió valiente al Camp Nou, disputando la posesión al Barcelona y jugándola siempre con criterio. A pesar de la presión azulgrana, los de Bielsa intentaron combinar siempre, evitando pegar balonazos. Cuando la perdían, basculaban a la perfección siempre guiados por el balón. Con este planteamiento, se hace cada día más difícil entender por qué el técnico argentino no cuenta con Llorente y le deja sistemáticamente en el banquillo. Ayer jugó toda la segunda parte, pero ya era tarde. Una decisión que sólo perjudica al Athletic. El planteamiento del equipo vasco se hizo pedazos cuando el físico se vino un poco abajo y el Barça empezó a encontrar más espacios. Se empezó a romper el partido en una jugada a balón parado. Un córner que peinó Cesc, rebotó en un defensa rojiblanco y el tesón del propio Cesc le hizo rematar otra vez, esta vez con el pie. Iraizoz, sorprendido, no pudo más que desviar el balón que le cayó a Piqué sin oposición alguna.

El primer tanto azulgrana cayó como una losa en el Athletic, que se deshizo de manera inexplicable, dando lugar a una avalancha de ocasiones del Barcelona. Tres minutbarcelona- Anunció Tito Vilanova en su presentación que no iba a ganar ninguna comparación con Guardiola, pero va camino de triturar sus marcas. De momento, su equipo goleó ayer al Athletic y sumó una nueva victoria que le permite firmar el mejor inicio de toda la historia de la Liga. Un hito que ni el propio técnico había soñado, pero que ya es realidad. No da tregua el Barcelona a sus rivales, ni Messi a los porteros.

Ha encontrado la fórmula Vilanova para encajar a Xavi, Iniesta y Cesc en el once inicial. Lo que antes era un recurso, ahora se ha convertido en un hábito. «Don Andrés» comienza pegado a la banda izquierda y deja los puestos de interior para Xavi y Cesc. Los tres están jugando a un altísimo nivel y los resultados del Barcelona no son sino una consecuencia de ello. La pelota corre más rápido que nunca y ni siquiera la incesante presión del Athletic fue capaz de frenarla. Porque, como anticipó el técnico azulgrana, sus jugadores no iban a tener tiempo para pensar una vez recibieran el balón. El problema de Bielsa es que los centrocampistas del Barça piensan antes de recibir, así que cuando les llega el esférico ya saben qué hacer.

Cesc se está convirtiendo en uno de los nombres propios en clave azulgrana. Vilanova parece haber dado con la tecla para que el de Arenys despliegue su mejor juego, algo que no había conseguido Guardiola. Partiendo de la posición de interior, Cesc tiene libertad para aplicar esa anarquía que le hizo grande en el Arsenal y que la temporada pasada quedó un poco reprimida. La defensa del Athletic quedó completamente desquiciada. Una vez estaba en el extremo izquierdo combinando con Iniesta, más tarde por la otra banda haciendo una pared con Pedro y siempre conectando con Messi por el centro. Pero es que, además, Cesc aporta una llegada que le hace un jugador insustituible, una llegada que Gorka desbarató en la primera parte, pero ante la que no pudo hacer nada en la segunda.

El Athletic Club salió valiente al Camp Nou, disputando la posesión al Barcelona y jugándola siempre con criterio. A pesar de la presión azulgrana, los de Bielsa intentaron combinar siempre, evitando pegar balonazos. Cuando la perdían, basculaban a la perfección siempre guiados por el balón. Con este planteamiento, se hace cada día más difícil entender por qué el técnico argentino no cuenta con Llorente y le deja sistemáticamente en el banquillo. Ayer jugó toda la segunda parte, pero ya era tarde. Una decisión que sólo perjudica al Athletic. El planteamiento del equipo vasco se hizo pedazos cuando el físico se vino un poco abajo y el Barça empezó a encontrar más espacios. Se empezó a romper el partido en una jugada a balón parado. Un córner que peinó Cesc, rebotó en un defensa rojiblanco y el tesón del propio Cesc le hizo rematar otra vez, esta vez con el pie. Iraizoz, sorprendido, no pudo más que desviar el balón que le cayó a Piqué sin oposición alguna.

El primer tanto azulgrana cayó como una losa en el Athletic, que se deshizo de manera inexplicable, dando lugar a una avalancha de ocasiones del Barcelona. Tres minutos después del gol de Piqué, llegó el de Messi, que nunca falla a su cita con el gol y menos ahora que huele sangre con nombre, apellidos y apodo: Gerd «Torpedo» Müller. Messi recibió un pase maravilloso entre líneas de Xavi y batió a Gorka. El estado de forma de Xavi es digno de elogio. No está entre los tres finalistas al Balón de Oro, pero ha hecho tantos méritos, o más, que cuando sí lo ha estado. Es una máquina perfecta y la edad le está sentando de maravilla. Destapada la botella de cava, manaban las ocasiones una detrás de otra ante un Athletic empapado e impotente. Cesc se topó dos veces con Gorka e Iniesta falló a puerta vacía en posición forzada tras una dejada de Alba. El lateral cedía a Messi poco después y el larguero evitaba que recortara más diferencias con Müller. Pero nada pudo evitar la depresión definitiva para el Athletic justo antes del descanso. Un pase genial de Cesc para Adriano se transformó en el tercer gol azulgrana.

El partido había quedado sentenciado en apenas 45 minutos, tiempo suficiente para que el Barcelona asegurara la victoria y firmara el mejor inicio de la historia de la Liga, con trece triunfos y un empate en las primeras catorce jornadas. Una cifra escandalosa, como son todas las que rodean a Messi. El argentino, con récord de Müller entre ceja y ceja, iba a acaparar todos los focos de la segunda mitad. Pero primero llegó el turno de Cesc, que encontró el premio a su extraordinario partido con un gol fabricado en buena parte por Iniesta. Luego fue Ibai, que aprovechó la bajada de tensión en la defensa azulgrana para lograr el gol del honor. Y, finalmente, Messi, que anotó su segundo tanto de la noche, el que hace 84 en 2012, quedando a uno de Müller.