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Kalvin Phillips, cárcel, hambre y fútbol

Pasó una infancia muy dura. Con su padre en la cárcel, su madre no comía para poder alimentar a sus hijos

La vida le sonríe ahora a Kalvin Phillips después de una infancia difícil.
La vida le sonríe ahora a Kalvin Phillips después de una infancia difícil.Frank AugsteinAP

La infancia de Kalvin Phillips estuvo llena de privaciones y calamidades. Su padre, de origen jamaicano, ha pasado más tiempo en la cárcel que en libertad, y la escasez de recursos económicos de la familia obligaron a la madre a dejar de comer para poder alimentar a Kalvin, su hermano y sus dos hermanas. “Pasaba hambre por las noches para poder alimentarnos a pesar de tener dos trabajos. No le llegaba el dinero. La debo mucho”, relató en una entrevista con The Times.

Kalvin nació en un parto de trillizos, pero una hermana murió a los pocos meses. En esas complicadas circunstancias se forjó la personalidad de un niño que sufrió la humillación de que algunos compañeros en el colegio se rieran de él porque comía gracias a las ayudas sociales: Me daban la comida en la escuela. Veía a los niños entrar con almuerzos, sándwiches y barras de chocolate. Algunos niños se reían de mí y me decían: ‘Recibes comidas escolares gratis’. Llegaba a casa y decía: ‘Mamá, ¿por qué no puedo llevar la comida?’. ‘No podemos pagarla’, respondía”.

Su padre ha sido una figura ausente y su madre Lindsay y su abuela Valerie, fallecida a primeros de año, fueron las encargadas de sacar a la familia adelante. “Mi padre ha estado entrando y saliendo de mi vida desde que era joven. Ha estado en prisión y fuera de prisión. Se metió con la gente equivocada: drogas, peleas, cualquier cosa que puedas imaginarte”, contó Kalvin sobre su padre Mark, que tuvo una hija cuando tenía solo 13 años y está actualmente en la cárcel de Wealstun. Kalvin mantiene el contacto con él y con su hermanastra.

“Está orgulloso de mí. Es de Leeds y vivió en Leeds toda su vida. Me llamó un par de semanas después del ascenso y me dijo: ‘Escucha esto’. De fondo, se oía a los presos cantando ‘Marching on together’ [canción famosa entre los seguidores del Leeds], golpeando las paredes. ¡Fue una locura!”, recordó Kalvin.

Esa figura paterna que le faltó la encontró en el Leeds con Marcelo Bielsa: “Bielsa me hizo mejor persona. Ha sido una parte importante de mi carrera y de mi vida, me ha mejorado como persona y como futbolista. Sin Bielsa, no estaría aquí. Cuando me convocaron con la selección, Bielsa me regaló una camiseta suya de cuando jugaba. Yo después le regalé la camiseta que usé en mi debut”, contó Kalvin, mediocentro titular con Inglaterra.

Bielsa tampoco regatea elogios cuando habla de Phillips: “Es un ejemplo para todos nosotros. Nos demuestra que se puede ser un gran profesional, un gran jugador y seguir respetando los valores de conducta, algo que es muy difícil de encontrar”.

Se suele decir que se juega como se es y la vida le ha hecho a Phillips luchar por cada balón como si fuera el último. Ian Thackray, su entrenador en la cantera del Leeds, lo resumió así: “Siempre fue muy fuerte, pese a no ser el más alto. No es una persona desagradable en el campo, pero solía atacar a los rivales como si quisiera matarlos”. Casemiro, el futbolista del Real Madrid que también pasó una infancia difícil, dijo una vez: “Voy a por cada balón como si fuera un plato de comida”. Así es Kalvin Phillips.