Sevilla F.C.
1-2. El Sevilla asalta Old Trafford
Un doblete de Ben Yedder clasifica a los andaluces para los cuartos de final por primera vez en sesenta años
Un doblete de Ben Yedder clasifica a los andaluces para los cuartos de final por primera vez en sesenta años.
Histórico. No cabe otro calificativo para la hazaña cumplimentada por el Sevilla en Old Trafford, donde pasó por encima del Manchester United con un encuentro impecable en lo táctico y en el que su goleador único, y suplente, Wissam Ben Yedder, salió en los veinte minutos finales para marcar dos goles que ponen a los sevillistas en una ronda, los cuartos de final de la máxima competición europea, que no catan desde hace sesenta años, cuando la disputaron por primera y única vez.
Si alguien pensaba que Mourinho, nuestro José de nuestra alma, se iba a venir con todo encima del Sevilla, es que no conoce al gurú de Setúbal. El Manchester United llegó a Old Trafford contentísimo con el milagroso 0-0 facilitado por De Gea en la ida y su plan era blindarse a esperar que alguno de sus bigardos pescase un balón en el área de Sergio Rico. Tan legítimo como rudimentario, y también una invitación a que los sevillistas explotasen sus mejores virtudes, la fiabilidad de N'Zonzi, Banega y Franco Vázquez en la zona de creación.
Sería exagerado afirmar que los sevillistas dominaron la primera parte pero la verdad es que, disparo cruzado bien atajado por Rico aparte, en los primeros 45 minutos sólo se percibió peligro en la portería local, aunque es cierto que la proverbial falta de pegada de Muriel y compañeros mártires parecía multiplicarse hasta la frontera de la impotencia ante los gigantes del United. Así fue transcurriendo el partido, con un par de disparos del colombiano insuficientes para batir a un portero infantil, hasta que el descanso llegó para dejar la decisión de la eliminatoria a tiro de un gol.
Los ingleses habían encomendado su ofensiva a la corpulencia de Lukaku, lo que benefició a Kjaer, el dubitativo danés, que al menos tenía alguien con quien chocar, en vista de que los delanteros veloces lo martirizan. Su compañero, Clement Lenglet, estaba sencillamente soberbio, lo frenaba todo y confirmaba que será la próxima venta millonaria del Sevilla.
El primer contragolpe verdaderamente serio de los andaluces fue nada más arrancar la segunda mitad. Sarabia incurrió por la derecha y Muriel leyó bien la acción, con un desmarque de arrastre que liberó a Correa. El pase fue demasiado fuerte, pero el control del tucumano eliminó a Young, aunque Bailly apareció como un expreso para evitar el remate.
Como espoleado por un aguijón, el United replicó con un disparo cruzado de Lingard que Sergio Rico desvió con una mano baja providencial. El partido estaba lanzado para una media hora final de vértigo para la que Mourinho se armaba, más si cabe, con los kilos de Pogba.
Los sevillistas avisaron mediante Sarabia, cuyo centro demasiado fuerte impactó en la barriga de Muriel, que se fue del campo, vacío, para darle el sitio al héroe de la noche, Ben Yedder. El francés siempre marca, lo lleva haciendo media docena de temporadas allá donde juega, pero le cuesta seducir a los entrenadores. En su primer balón, el culoncete delantero maniobró en el área como el jugador de fútbol sala que fue y la puso en la base del poste, imposible para la estirada de De Gea. Poco después, cazó un córner en el segundo palo y la empujó a la red para convertir en inútil el gol de Lukaku que, a falta de siete minutos, ni siquiera le puso picante a la noche.
El Sevilla asaltó Old Trafford y se permitió el lujo de terminar el partido en el área rival.
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