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Iniesta y Torres, dos hombres y un destino

Andrés jugará en el Tianjin Quanjian chino, donde esperará al "Niño"

Iniesta y Torres en una imagen de archivo
Iniesta y Torres en una imagen de archivolarazon

Hace un mes que Andrés Iniesta se comprometió con el Tianjin Quanjian; pero lo mantuvo en secreto, como el club. Manejaba otras ofertas, una del Chongping Pangdai Lifan que gestionaba Pere Guardiola, el hermano de Pep. Ésta no era mala, pero sí inferior a la del Quanjian, que además es mucho más atractivo como equipo de fútbol. En la meditada decisión del futbolista manchego ni siquiera intervino la posibilidad de introducir sus vinos en el mercado chino: 1.300

millones de habitantes. Esta negociación la gestiona directamente su padre y después de muchas conversaciones "comerciales"cabe la posibilidad de que al cabo de cinco años la empresa propietaria del club, la Quanjian Group que se dedica a la medicina natural y a la alta tecnología en este ámbito, entre a formar parte del accionariado de la bodega. Por ahora el compromiso adquirido es vender dos millones de botellas anuales con unos ingresos netos de diez millones de

euros. Cuando termine el Mundial de Rusia, Iniesta emprenderá un nuevo rumbo, se alejará, y no sólo territorialmente, del fútbol de élite para relanzar este deporte en "el nuevo mundo". Ha firmado tres años de contrato, a razón de 32 millones netos anuales, casi cien por el trienio, y cabe la posibilidad de que su gran amigo Fernando Torres se una a la aventura. Los pasos están dados, las conversaciones, avanzadas, y el capital sobre la mesa: 15 millones netos para el "Niño"con la

posibilidad de rubricar un contrato de tres temporadas. En este caso sería preciso, aunque no necesario, que el brasileño Alexander Pato, figura del Quanjian junto al belga Wislet, se fuera al finalizar el presente curso. Paulo Sousa, el entrenador que está entusiasmado con el fichaje de Iniesta, vería con buenos ojos la incorporación del jugador rojiblanco. El traslado del azulgrana está firmado, el del atlético, pendiente aún de muchas conversaciones; pero la posibilidad real de que el destino de estos dos jugadores se cruce en Tianjin es una jugada que tiene visos de cristalizar.