Keylor Navas, la vida en un partido

Navas se equivocó en el tanto del Betis, pero su espectacular parada en el último minuto dio el triunfo al Madrid

En el túnel de vestuarios, de vuelta al césped tras el descanso, Keylor recibió unas palmaditas en la espalda de Carvajal. Caminaba solo el portero y luego se encontró con Modric, que también tuvo un gesto de complicidad con su compañero. Había fallado claramente en el tanto del Betis y el Bernabéu le había mostrado su disconformidad con pitos cada vez que tocó el balón después. El guardameta no está en su mejor temporada y el error en un día en el que el equipo buscaba el liderato, le sumía un poco más en su laberinto. Parecía que tenía la pelota controlada tras un remate de Sanabria, pero se le escapó y acabó dentro de la portería.

«El nivel de exigencia es infinito en este estadio. Cuando los jugadores fallan necesitan cariño y había que tener un gesto con él. Nos ha salvado con un paradón que era un empate que ya celebraba el Betis, así que le doy la enhorabuena», decía Ramos en las cámaras de Movistar nada más concluir el partido. El que necesitaba cariño era Navas y también era Keylor al que felicitaba por haber salvado el resultado sobre la bocina. Porque el costarricense vivió toda una vida en un único encuentro. Todas las sensaciones que caben dentro del fútbol las sintió el portero, que pasó de los pitos después de equivocarse a la ovación sentida de una afición que le daba las gracias por poder irse a casa con una sonrisa y en lo más alto de la clasificación.

Ramos ya había hecho su milagro diario con el típico cabezazo que arreglaba un resultado que llevaba tiempo en el alero. Esta vez fue al segundo palo en lugar del primero y exhibiendo un olfato para buscar el balón que ya lo quisieran muchos delanteros que se ganan la vida metiendo goles.

Era el décimo gol del sevillano esta temporada y una nueva hazaña para evitar perder puntos. El Betis ya estaba con diez, pero le quedaba un cartucho que gastar tras una meritoria actuación. Cabeceó Rubén Castro cerca del palo izquierdo de Navas cuando el reloj se agotaba y el portero voló hacia ese balón.

- Mano salvadora

Es su especialidad, la de los reflejos bajo el larguero y con ella se volvió a ganar al Bernabéu. Se lanzó con toda la fe y sacó una pelota que todo el mundo ya intuía que iría dentro. «La afición tiene derecho a pitar, apoyar y hacer lo que quiera. Si te apoya, es mucho mejor. Los pitos son cuando haces una cosa que no es buena. Al final la grada ha apoyado a Keylor por una parada igual de importante que el tanto de Sergio», afirmaba Marcelo respecto a los dos héroes de la noche en el Bernabéu.