Real Madrid Baloncesto
La mejor versión
Di María estuvo a la altura de la pasada temporada. Ahora que ha recuperado la «confianza» de «Mou» vuelve a ser fundamental
Como antaño. Como el equipo que la pasada temporada ganó la Liga de los récords. El Real Madrid ofreció ayer su mejor versión. Brilló sobremanera la medular y todo el ataque, del primero al último –Khedira, Xabi, Özil, Di María, Cristiano e Higuaín–, pero hubo dos estrellas que además resplandecieron con luz propia: «CR7» y «El fideo», ambos bigoleadores. Del primero, no es tanta noticia. Suyo es casi todo el mérito del principio de mejoría que había tenido el Madrid en este principio de año. Hasta Pamplona. Cristiano no pudo brillar ante el Osasuna, erró las pocas ocasiones en que el balón llegó arriba. Y contra el Valencia en Copa, tampoco vio puerta porque Mourinho erró en determinadas decisiones, como colocarle por detrás a un Marcelo en absoluta fuera de forma y ritmo de competición, lo que le valió el «injusto» reproche de su técnico.
Pero Cristiano, en cuanto el equipo tiene movilidad y no tiene que hacer la guerra por su cuenta, no falla. Pudo haberse quedado fuera por un nuevo castigo de Mourinho y, sin embargo, fue titular y jugó los 90 minutos. A Cristiano, por su físico, no hace falta reservarle. Como sí hizo, de forma previsora Mourinho en la segunda parte, con el trío surtidor de juego: Xabi, Khedira y Özil, que van necesitando descanso.
Mourinho levantó el pie con aquellos a los que más ha estado castigando en el último tiempo: Casillas, Cristiano y Di María, rebajó la tensión, y el equipo recuperó la confianza en el juego, el de la pasada temporada, en el que el argentino era vital por sus desmarques, sus pases y su velocidad electrizante. El equipo que se atreve a adelantar las líneas y presionar más arriba. «He podido callar un par de bocas», comentó un muy satisfecho Di María, que no esconde, como no lo hace nadie ya, se ve desde fuera, las «grietas de Mourinho con el vestuario» (Míchel Salgado lo dijo desde la lejanía). «Él (Mourinho) opina, él habla y dice las cosas como tiene que decirlas. Cada uno lo toma como lo tiene que tomar y bueno, las cosas se dieron diferentes», dijo el argentino. «Hoy hemos visto al Di María que todos queremos ver. Lo suyo no podía ser físico, sino un clic psicológico. En una semana, de Pamplona, al Bernabéu y aquí, te das cuenta que no es un asunto físico. No estaba pasando por su mejor momento», analizó Karanka.
En el otro bando, el post partido se resume rápido. Esta vez no hubo polémica arbitral y sólo hubo lamentos por lo que el Valencia se había «expuesto». «Al Madrid en un partido le puedes coger la medida, en dos no». «Puede ser que haya sido el peor partido desde que estoy aquí», comentó un abatido Soldado. A Valverde, la camisa no le llegaba al cuello: «Han sido absolutamente superiores a nosotros».
Cristiano Ronaldo responde en el campo
Cada partido de Cristiano Ronaldo es un paso más en su evolución como futbolista. Era un goleador voraz, un delantero con mucha hambre. Ahora es un futbolista completo, como demuestra el gol que regaló a Di María. Era el 0-2 y llegó cuando él todavía no había marcado ninguno. El egoísmo que tanto le cegó en otra época ya no es una amenaza para su juego. Era uno de los jugadores más decisivos del mundo cuando llegó al Madrid y ahora ha ampliado su catálogo de aportaciones al equipo. Ha incluido el pase como costumbre y sus compañeros lo agradecen. Y todo eso sin perder contundencia en el remate. Ha marcado 177 goles en sus 174 partidos con el Real Madrid. Una media superior al tanto por partido que lo sitúa como el mejor goleador de la historia del club. Esta temporada ya ha conseguido 18 goles, los mismos que Radamel Falcao.
Gracias a Cristiano, el Real Madrid, por ejemplo, alcanzó los cuartos de final de la Copa después de superar al Celta. Decisivo en la ida y en la vuelta. Porque lo mejor del portugués es que nunca se esconde. Ayer, con el partido ganado, cuando el Real Madrid ya mandada y machacaba al Valencia, quiso sumar más. Y contribuyó con dos goles.
Cristiano ya no se fija en Messi, que ha marcado 11 goles más que él esta temporada. Ha descubierto que su fuerza es mayor cuando se centra sólo en sus esfuerzos y en la manera de ayudar al equipo. Y a eso se dedica. Su objetivo ahora es ganar los dos títulos que están al alcance de su equipo. Y el Bernabéu se lo reconoce. «Cristiano Balón de Oro» corea su estadio.
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