Real Madrid
Lío en la portería
Mientras Adán y Diego López se disputan la del Real Madrid, Pinto parece fijo en la del Barça
La portería del Real Madrid va camino de convertirse en una tragedia dramática del siglo XVII. «¿Ser o no ser?», se preguntaba el desdichado príncipe Hamlet en la popular obra de William Shakespeare. «¿Adán o Diego López?», se pregunta el mundo del fútbol, expectante ante la decisión que pueda tomar José Mourinho. En el Santiago Bernabéu no se han asesinado reyes, ni suicidado bellas doncellas, pero la historia de sus porteros podría servir de inspiración al mejor de los dramaturgos para escribir una obra.
La lesión de Iker Casillas no ayuda en nada a aclarar el panorama. Aunque bien es cierto que ni siquiera con el capitán en plena forma estaría claro el nombre del ocupante de la portería del Real Madrid esta noche ante el Barcelona. El fugaz paso de Adán por la titularidad siembra de dudas a todos los que se aventuran a imaginar un once del Madrid. Y el fichaje de Diego López, necesario ante la baja de Casillas, le da una vuelta de tuerca más a todo.
La opción lógica
Sobre las ocho de la tarde, una hora antes del inicio previsto del clásico, se desvelará la incógnita. Si «ser» o si «no ser». Si Adán o si Diego López. Aunque la lógica no significa absolutamente nada en el fútbol, todo apunta a que Adán parte con ventaja para defender la portería blanca ante el Barça. Una posible suplencia sería un golpe muy duro para el canterano, que escuchó de voz de su entrenador no hace mucho que estaba en mejor forma que toda una leyenda como Iker Casillas. La eliminatoria europea ante el Manchester United puede significar un cambio de rumbo y no se puede descartar que Diego López asuma entonces la titularidad. Pero parece que la visita del Barça es demasiado pronto tras su llegada al club como para que se estrene ante Messi y compañía.
Pero para que una tragedia enganche al público, debe tener malvados personajes. Como Claudio, tío de Hamlet y usurpador del trono de Dinamarca. Esta noche, en el Bernabéu, los malos vestirán de azulgrana y en las últimas temporadas han sido los peores (o mejores) malos del mundo. Jordi Roura, que esta noche dirigirá al Barça ante la ausencia de Tito Vilanova, quiso añadir ayer un poco más de morbo a este drama. «No tenemos costumbre de dar el once antes de un partido», repetía el técnico ante la insistencia de los periodistas pidiendo la confirmación de que José Manuel Pinto será el portero titular en el Bernabéu. A pesar de las reticencias de Roura en confirmarlo, Pinto ocupará la portería esta noche.
El gaditano ha sido titular en todos los partidos de Copa que ha disputado el Barcelona en los últimos cuatro años y nada indica que eso pueda cambiar. Es una filosofía que instauraron Guardiola y Vilanova cuando llegaron y que ahora mantienen el propio Vilanova y Roura. Incluso en la recordada final de Mestalla, también ante el Madrid, Pinto se mantuvo en el once a pesar de las numerosas voces en contra que se escucharon en el entorno barcelonista, que reclamaban la titularidad de Víctor Valdés. Los técnicos hablan de «códigos de vestuario» como una de las justificaciones de esta decisión. Pero las razones deportivas también les dan la razón. El balance con el del Puerto de Santa María no es nada malo, ya que con él defendiendo la portería, el Barça ha alcanzado tres finales de Copa y ha levantado dos veces el trofeo.
En el Barcelona, lo que menos preocupa es el nombre del portero del Madrid, ya que el respeto para cualquiera de las opciones es máximo. «Adán es un portero de categoría, por eso está en la plantilla de un equipo como el Madrid, si no, no estaría. Y Diego López ha demostrado qué clase de portero es en su dilatada trayectoria. Juegue quien juegue, la portería del Madrid estará sobradamente cubierta. Y la nuestra también», remarcó Roura.
«Vamos, que disparen los soldados», dice Fortinbrás, el príncipe de Noruega, en la última escena de Hamlet. Cristiano Ronaldo y Messi han recibido el mensaje. Adán o Diego López. Pinto o Valdés. Ellos son las dianas y la batalla promete ser de aúpa.