Getafe C.F.
Un Madrid más profesional que brillante descubre a Brahim en Getafe (0-0)
Es un misterio lo que va a decidir Zidane. Pero quizá estos partidos hasta que acabe la temporada puedan hacerle dudar o repensarse algún cambio.
Es un misterio lo que va a decidir Zidane. Pero quizá estos partidos hasta que acabe la temporada puedan hacerle dudar o repensarse algún cambio.
Puede que Zidane tenga muy claro qué va a suceder este verano. Cómo hay pocas personas tan difícil de escrutar como el entrenador francés, es un misterio lo que va a decidir. Pero quizá estos partidos hasta que acabe la temporada puedan hacerle dudar o repensarse algún cambio. Eso la única emoción de estos choques que disputa el conjunto blanco: ver si los jugadores tienen la rebeldía o las ganas de dar la vuelta, no ya a la situación del equipo, sí al menos a su situación personal. Hay quien, como Ibrahim, tiene que ganarse la vida en el equipo, después de ser fichado en enero y pasar casi inadvertido durante todo el invierno. En Getafe fue, por sorpresa, titular y de repente, cuesta pensar que Zidane se vaya a deshacer de un jugador que tiene tanto talento en las dos piernas. Lo mejor del partido pasó por sus pies, hábil en el regate para imaginar soluciones ante los contrarios y hábil para buscar el hueco para sus compañeros.
Fue sustituido y Zidane nos dejó sin la mejor atracción de una noche sin emoción para el Madrid y sin fútbol por parte del Getafe. Se jugaban más lo de Bordalás, pero fueron peores. El empate al Madrid ni le va ni le viene, porque reino ya no es de esta temporada, sino de la que viene. En cambio, al Getafe, en la situación en la que vive, tan cerca de firmar una campaña gloriosa, le faltó valentía, acostumbrado quizá a ese estilo donde lo más importante es no dejar jugar. Sólo tuvo una doble ocasión clara, ya en la segunda mitad, y ahí apareció Navas: si ya había polémica con los porteros, las buenas actuaciones de Keylor añaden más gasolina.
Porque Courtois empezó en el banquillo y ahora mismo todo lo que hace Zidane se lee con doble sentido, se buscan mensajes de sus intenciones, incapaces todos de adivinar lo que piensa, lo que va a hacer, todos en ascuas y ansiosos con los nombres que se van a quedar o ir. Qué portero, por ejemplo. La apuesta en Getafe fue Navas, mientras que el belga recién salido de una lesión esperará al domingo en Vallecas. Y Navas, como ocurre siempre cuando se encuentra al borde del abismo, cumplió cuando le tocó cumplir.
No marcó el Getafe en esa doble ocasión y tampoco marcó el Madrid antes o después, pese a que tuvo mejores ocasiones y dio la cara en un partido dificil. Jugar contra el Getafe esta campaña exige personalidad, paciencia y ganas y no andan los de Zidane sobrados de ninguna de las tres. Pero si bien no fueron brillantes, sí que dominaron el partido y se les vio con intención de ganar, dieron la impresión de estar vivos. Contra el Athletic, la pasada jornada, el Madrid disfrutó, en Getafe, dio la cara. Por lo menos, ha mejorado el enfermo y tiene más decisión. Hay vida ahí.
No goles, pero sí vida.
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