Sevilla F.C.

Nadie lo imaginó tan sencillo

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El Sevilla elimina al Villarreal y se mete en los cuartos de final sin pasar ningún apuro.

No va a ser sencillo destronar al campeón. El Villarreal, un magnífico equipo de fútbol, cayó en los octavos de final de la Liga Europa tras un rotundo 5-2 global, con dos derrotas sumarísimas ante un Sevilla más dispuesto que nunca a defender su título. Hicieron buena los hispalenses la ventaja de la ida y, sin pasar ningún apuro, se llevaron el duelo fratricida.

Por sus alineaciones los conoceréis. Para los entrenadores, tiene completa vigencia esta versión del aserto evangélico. Unai Emery no podía contar con Krychowiak y, como es hombre con suerte, se le lesionó Banega ayer mismo por la mañana. La contractura más oportuna de la Historia, porque casi lo obligaba a adelantar la posición de Carriço para acorazar el centro del campo... que era justo lo que habría querido hacer aun con el argentino en plenitud de facultades. El técnico del Sevilla es «amarrete», lo que a priori no es bueno ni malo. Pero que no lo niegue. Del mismo modo, Marcelino hubo de forzar su naturaleza contragolpeadora debido al 1-3 de la ida. Se plantó en Nervión con cuatro delanteros, como quien dice, lo que regalaba hectáreas de espacio a las liebres sevillistas.

Por exigencias del guión, necesitaban los amarillos que el encuentro amaneciese desbocado y eso logró Manu Trigueros con una acometida antes de cumplirse el segundo minuto. Se deslizó, como esquiando, el mediocentro entre sus rivales y largó un disparo que, de no haber ido centrado, le hubiese creado muchos problemas a Sergio Rico, que se hizo no sin dificultades con el balón jabonoso. La lluvia arreciaba y por eso se animaban los castellonenses a probar desde lejos al portero sevillista, que respondió con firmeza a sendos chuts de Mario Gaspar y Pina. Evidentemente, había consigna de bombardear al novato, que sin embargo está cada vez más asentado.

Algún plan hay que tener cuando se necesitan tres goles para remontar y quiso Marcelino jugar la baza del «gol tempranero». Pasada la furia del primer cuarto de hora, se acomodó el Sevilla, cuyos centrales se plantaron al borde del área sin el menor complejo sin otra baza ofensiva que buscar a Gameiro e Iborra con pelotazos largos para que éstos temporizasen y diesen tiempo a la subida de los hombres de banda. Cada combinación de este tipo suponía un pequeño milagro pero algún peligro crearon los sevillistas así, sobre todo gracias a Diogo. Con todo, la mejor noticia para el Sevilla era que el partido se enfriaba por momentos, porque la fe del rival se disipaba, obviamente, a medida que iban transcurriendo los minutos. En homenaje a su entrenador, los jugadores locales querrían haber finiquitado la eliminatoria con un bello empate a cero, pero es tal la pegada de este equipo, que casi sin querer se terminó llevando la victoria. Un triunfo más que no hace sino acrecentar la estadística pavorosa del Sánchez Pizjuán, inexpugnado desde hace más de un año.

Gameiro le había quitado el puesto a Bacca en los últimos encuentros, pero anoche no jugó su mejor partido. Alrededor de la hora de juego, el colombiano entró en juego y, casi en el primer balón que agarró, le regaló el 1-0 a Iborra tras recoger un espléndido pase al hueco de M’Bia. Contar con dos delanteros de este nivel es un lujo al alcance de muy pocas plantillas, pero es justo reconocerle a Emery la gestión impecable. ¿Cuántos técnicos no se enredarían en una absurda lucha de egos con dos figuras de tal calibre? Empató el Villarreal con un libre directo de Gio, un misil imparable pese a que entró por el palo de Sergio Rico, ya que la pelota estaba sobre la cal del área y el mexicano imprimió un gran efecto a su disparo. Fue el único acercamiento del Villarreal en toda la segunda parte, pero ni siquiera el verse a dos goles de la prórroga con un cuarto de hora por delante animó al equipo de Marcelino. Se fueron arriba sin convicción, como el funcionario que ficha en la oficina, y su situación se vio agravada por la expulsión de Bailly. Contra diez, se extendían ante el Sevilla bulevares para el contragolpe. Una apertura de Reyes a Tremoulinas permitió al francés centrar con toda comodidad a la cabeza de Denis, que empujó el 2-1. Asunto concluido.

Las victorias proporcionan un intangible; ese poso ganador que impregna a los equipos acostumbrados a ganar y que los convierte en enemigos de cuidado. En Europa, el Sevilla es una fiera.

- Ficha técnica:

2 - Sevilla FC: Sergio Rico; Diego Figueiras, Nico Pareja, Kolodziejczak, Trémoulinas; Carriço, Mbia; Aleix Vidal (Reyes, m.75), Iborra (Denis Suárez, m.80), Vitolo; Gameiro (Bacca, m.66).

1 - Villarreal CF: Asenjo; Mario Gaspar, Musacchio, Bailly, Rukavina; Jonathan Dos Santos, Pina, Manu Trigueros, Campbell; Uche (Giovani Dos Santos, m.46), Vietto (Dorado, m.85).

Goles: 1-0, M.69: Iborra. 1-1, M.73: Giovani Dos Santos, de falta directa. 2-1, M.83: Denis Suárez.

Árbitro: Martin Atkinson (Inglaterra). Expulsó por doble amarilla al visitante Bailly, que las vio en los minutos 29 y 77. También amonestó por el Villarreal a Vietto (m.22), Pina (m.58), Musacchio (m.66) y Mario Gaspar (m.84).

Incidencias: Partido de vuelta de los octavos de final de la Liga Europa disputado en el Ramón Sánchez Pizjuán ante unos 30.000 espectadores, de ellos unos 2.000 villarrealenses. Terreno de juego en perfectas condiciones pese a la lluvia caída antes y durante el encuentro.