Atlético de Madrid
El Atlético, sin ideas y sin gol
Los rojiblancos fueron incapaces de superar a un limitado PSV que jugó veinte minutos con diez jugadores por expulsión de Pereiro
Los rojiblancos fueron incapaces de superar a un limitado PSV que jugó veinte minutos con diez jugadores por expulsión de Pereiro
El Atlético, con perdón, no está para ganar nada en el presente curso. La «Champions» parece lejana y su vuelta a la competición sirvió para que el equipo de Simeone ofreciera el irregular nivel que muestra en los últimos partidos. No hay gol, no hay juego colectivo y así es difícil soñar con títulos. Son castillos en el aire, como se comprobó anoche ante el PSV. Ni contra diez consiguió llevarse un partido en el que puede que estuviera más cerca de la victoria, pero en el que ofreció sus carencias a la hora de atacar y construir. Y así es complicado.
Simeone apostó por Óliver y Vietto. Dos jugadores que manejan bien la pelota, que saben asociarse y que buscaron a Griezmann para romper a la defensa holandesa, la cual por su zona central, con Bruma y Moreno, dejó espacios que los atacantes rojiblancos no supieron aprovechar. El primero que se presentó con claridad fue Vietto, que disparó, chocó con el meta Zoet y vio cómo la pelota la despejaba Bruma. Fue el primer aviso del Atlético, que tuvo su gran oportunidad en una llegada de Griezmann con ventaja para hacer gol. Al francés se le nubló la vista, eligió la peor opción y la mano de Zoet evitó el primer tanto.
Se cumplía la media hora y el partido no tenía dueño. El PSV, manejado por Guardado, tiene vocación ofensiva. El mexicano buscó a Pereiro y contó con la ayuda de Propper, un llegador que se topó con Oblak en la jugada en donde los holandeses estuvieron más cerca del gol. Después de dos rebotes la pelota salió del área, mientras Simeone pedía más pausa a los suyos. Y es que el equipo no encontró el temple necesario para tocar con certeza. Abusó más del balón largo. Gabi y Saúl, en su papel habitual. Koke desde la izquierda ayudaba en la construcción y a Óliver, en la banda, se le ve menos. El canterano se pierde en esa posición. Tampoco se entendió con Juanfran cuando el lateral buscó la línea de fondo.
El PSV es todo buena voluntad y poco fútbol. Además, Cocu apostó por no ser tan valiente como en la competición doméstica y trató de que el juego transcurriera por el centro del campo con celeridad en busca de las puntas. Papel en el que se emplearon Locadia y Narsingh, que no crearon muchos problemas a Savic, que cada día parece más consolidado, y Godín, al que le anularon un gol por cabecear subido en la espalda de un rival.
El juego no era vistoso. Había más fuerza, más velocidad y más imprecisiones que calidad en los dos bandos. Al Atlético le cuesta tener la pelota. Le gusta más llegar con rapidez al área rival y en esa faceta tampoco estuvo acertado en un primer tiempo que tuvo pocas acciones en donde tuviera ventaja sobre un rival bien colocado, que sabía su papel y que procuraba no descolocarse.
Con dos centros de Juanfran que no encontraron rematador y una tarjeta a Pereiro comenzó el segundo acto. El uruguayo se iba a convertir en protagonista del encuentro. Un tiro suyo lo mandó Koke a córner en una jugada con suspense en la única aparición holandesa ante Oblak. Y unos minutos después, Pereiro vio la segunda tarjeta. Se quedaba con diez el PSV y el Atlético veía que el triunfo era posible.
Con más de veinte minutos por delante y con el PSV replegado en su campo, el Atlético fue incapaz de encontrar una acción clara de gol. Torres tuvo una y la mandó a las nubes, Gabi probó desde lejos a Zoet y los demás fueron fuegos de artificio en el área holandesa. La presencia de Correa en busca del uno contra uno o de una jugada desequilibrante no dio resultado. Griezmann seguía sin encontrar su juego. Se le ve ansioso. A nivel individual no le salen las cosas y, aunque asegura que no está desesperado, no es el jugador determinante de hace un par de meses. Su vocación de goleador se ha apagado como les ocurre a sus compañeros. Y por ahí sufre el Atlético sus males, porque en defensa no hay grietas ni fisuras. También sufre en la elaboración del juego. Cuando Óliver entró en contacto con la pelota en el tramo final hubo más peligro. La estrategia, un filón en otra época, no dio resultado. Los córners no tuvieron consecuencias por mucho que se empeñaron Gabi y Koke. No está el equipo rojiblanco en su mejor momento y el empate es un arma de doble filo ante un rival muy limitado, que trabajó a destajo y se fue contento porque resistió con uno menos.
- Ficha técnica:
0 - PSV Eindhoven: Zoet; Arias, Bruma, Héctor Moreno, Willems; Guardado (Hendrix, m. 73); Narsingh (Isimat Mirin, m. 64), Propper, Van Ginkel, Locadia (Lestienne, m. 85); y Pereiro.
0 - Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Savic, Godín, Filipe; Óliver, Gabi, Saúl (Correa, m. 73), Koke; Griezmann y Vietto (Fernando Torres, m. 60).
Árbitro: Daniele Orsato (Italia). Expulsó a Gastón Pereiro, del PSV Eindhoven, por doble amarilla (m. 53 y 67). Amonestó al visitante Savic (m. 21).
Incidencias: partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Philips ante 35.000 espectadores, unos 1.250 de ellos seguidores del Atlético de Madrid.
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