Londres

Özil busca su sitio en Londres y Kaká vuelve al punto de partida

Özil vivió sus últimos minutos como madridista «oculto» en el banquillo madridista junto al resto de suplentes en el Bernabéu
Özil vivió sus últimos minutos como madridista «oculto» en el banquillo madridista junto al resto de suplentes en el Bernabéularazon

La cara de Mesut Özil, ayer por la mañana en el banquillo del Santiago Bernabéu sólo era un prólogo de lo que tenía que llegar en una tarde intensa en las oficinas del estadio. Estaba muy serio mientras en el campo Di María ponía intensidad, como aseguró Ancelotti después, e Isco, goles y fútbol. El Madrid suma tres victorias en tres partidos oficiales y ninguno lo ha jugado entero el centrocampista alemán. En el debut, contra el Betis, fue sustituido por Di María y sin él en el campo, el Madrid ganó el partido, con gol de Isco, además. Contra el Granada, se marchó en el minuto 64. Ayer no jugó e Isco hizo dos goles. Y faltaba por llegar Bale para complicar más la titularidad.

No había empezado bien la temporada el alemán, al que no le subían el sueldo como pretendía ni tenía los minutos que creía que merecía. En el Madrid todo se le quedaba corto, se había quedado sin sitio. Tampoco su imagen dentro del club era la mejor. Se consideraba que, pese a su excepcional visión del fútbol, no rinde todo lo que puede en el campo. Ancelotti quiere equilibrio en un equipo que se vuelca arriba y Özil no se lo daba. El Arsenal, además, buscaba alguien que le dé vuelo y vieron en el centrocampista de ojos tan especiales una oportunidad única.

El equipo inglés, con fama de austero, se gasta 45 millones, que subirán a 50 por unos objetivos más que alcanzables y probablemente cumpla las exigencias del futbolista y su padre. Aunque Özil no tenía clara su marcha, los acontecimientos se precipitaron en el Paseo de la Castellana y el futbolista alemán hace las maletas. Ahora empieza una nueva aventura, donde la competencia será menor. Cuando se fichó a Isco muchos se preguntaron si el andaluz y el nuevo futbolista del Arsenal serían compatibles. Ayer se conoció la respuesta.

La memoria le ha abierto una puerta a Kaká. En el Milan no olvidan lo que el futbolista hizo allí, el buen recuerdo que dejó y ayer, aprovechando que el tiempo apremiaba, consiguieron el traspaso. Adriano Galliani se pasó la tarde en el Santiago Bernabéu porque quería fichar al brasileño, que lucía el ocho en la camiseta blanca. Tiene el mismo nombre, el mismo físico, pero no es el mismo futbolista que llegó del Milan al Madrid. Es como si se le hubiera agotado el fútbol en los últimos cuatro años.

Cuando Ancelotti llegó al banquillo español, Kaká creyó que tenía otra oportunidad. Con cada cambio en el club, con cada gol que marcaba, casi con cada amanecer se tenía la esperanza de reencontrar al futbolista que exhibía galopada en el pasado. Pero después venía la decepción. Apenas se le ha visto y no se le va a ver más por el césped del estadio. Galliani vino para llevárselo y ayer se firmó su adiós.

Era una estrella que llenó el estadio en su presentación y se va con un montón de expectativas por cumplir. Ni con Pellegrini ni con Mourinho ni con Ancelotti lo hizo. El Bernabéu se cansó de él y lo demostró hasta en un partido amistoso, como fue el homenaje a Raúl, donde no se le permitió ni un fallo. Tras cuatro años, la esperanza se había acabado. El jueves pasado, en La Coruña, en el Trofeo Teresa Herrera, Kaká dejó de lado la imagen de niño bueno que le acompaña y jugó sus cartas. Dijo que se quería ir. Abrió la puerta al Milan, a volver y complicó las posibilidades de negociar del Real Madrid. Tenía dos temporadas más firmadas, a diez millones netos cada una. Eso que se ahorra el club, piensan en el Madrid, sin mucha más nostalgia. El Milan le va a pagar menos, pero no parece importarle a estas alturas de su carrera. Kaká da un paso atrás, a ver si en el recuerdo que se tiene de él vestido de milanista consigue encontrarse.