Madrid
Por fin, optimismo
El Real Madrid trabaja con tranquilidad, con los planes claros, sin que haya lesionados y con buenas sensaciones antes del Barça
El Real Madrid trabaja con tranquilidad, con los planes claros, sin que haya lesionados y con buenas sensaciones antes del Barça
Frente al vértigo con el que ha vivido el Real Madrid toda esta temporada, con continuas subidas y bajadas, en un estado de incertidumbre permanente, en Valdebebas, estos días, pese a que el sábado aparece el Barcelona, se está trabajando con una calma casi desconocida y con un optimismo que hubiese venido muy bien en algunos momentos del campeonato de Liga. La frase que dijo Zidane tras el partido contra el Sevilla: «Jugando así podemos hacer cosas importantes» sobrevuela en el ánimo de todo el club, que mira el horizonte sin previsión de nubarrones. El buen sabor de boca que dejó el último partido de Liga en el Santiago Bernabéu, que sea el Wolfsburgo quien espera y que la plantilla esté a tope físicamente han aumentado la autoestima de un equipo que necesita creer en sí mismo por encima de otra cuestión.
Porque el clásico es un clásico, pero no lo es. Le falta la emoción de quien se juega algo más que el honor contra el gran rival. Eso no es poco, pero no es suficiente, sobre todo cuando a la vuelta de la esquina aparecen los cuartos de final de la «Champions». Sin la Liga en disputa, para el Real Madrid el partido del Camp Nou sólo es una prueba con la que medir si su optimismo moderado de estos días y la tranquilidad con la que está trabajando son síntomas de que pueden llegar buenos tiempos o sólo un espejismo. El equipo de Zidane ni siquiera necesita ganar, con hacer un partido convincente, con demostrar que está poniéndose a punto para los encuentros importantes, le valdrá para salir fortalecido.
Además, la ausencia de futbolistas internacionales ha hecho que los días previos al partido del Camp Nou aumenten esa sensación de calma. La semana pasada Zidane trabajó sin presión, centrándose en Benzema y Bale, y tras el fin de semana de descanso, ayer volvió al trabajo, a la espera de que los dolores de Sergio Ramos no le impidan estar en el partido del sábado. Este parón por culpa de los partidos internacionales ha venido fenomenal al conjunto blanco.
Cuando llegó a la primera plantilla para sustituir a Rafa Benítez, el entrenador francés aprovechó las largas semanas sin competición de enero para trabajar el aspecto físico de los futbolistas. El técnico consideraba que los jugadores de la primera plantilla necesitaban un empujón para llegar bien al fin de temporada que empieza. Después, en marzo, apenas ha tenido tiempo para más, porque los partidos entre semana obligan a entrenamientos muy específicos de recuperación. Los entrenadores se quejan constantemente de que en temporada no hay tiempo para trabajar la táctica porque todo se hace con urgencia. Que para eso, lo mejor es la pretemporada. Además, con el esquema definido, Zidane puede pedir movimientos concretos.
El ver a Benzema y Bale trabajar al mismo ritmo que sus compañeros durante tantos días seguidos y que Zidane pueda explicarles con tranquilidad lo que quiere, ha animado al club. Con todos en forma, está claro que juegan mejor. Con todos en forma, puede que, de una vez, se hayan acabado las malas noticias.
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