Futbolistas

Ramos vota a Florentino

Ambos se demuestran devoción mutua en la biografía del «4»

Ramos, junto a Florentino Pérez, en la presentación de su biografía
Ramos, junto a Florentino Pérez, en la presentación de su biografíalarazon

Sergio Ramos fue el primer fichaje español de Florentino Pérez y, por ende, con 19 años, el camero se convirtió en jugador del Real Madrid. Ambos se sienten orgullosos de ello, ambos se rinden pleitesía, ambos sienten devoción el uno por el otro, y ambos quieren ir de la mano en sus designios blancos. Por todo ello, el segundo capitán madridista, que sabe que en apenas unos meses –junio– el club debe afrontar elecciones a la presidencia, expresó su voto públicamente por Florentino. Él, que es un líder carismático, elevado por méritos sobrados a la categoría de «símbolo del madridismo», ayer por su presidente, lo dijo sin ambages: «Sólo tengo palabras de agradecimiento al Real Madrid desde que llegué y, en especial, a don Florentino Pérez por su apoyo, cariño y su apuesta por mí cuando no era nadie en el mundo del fútbol. Quien me respaldó desde el primer momento fue Florentino, que es el patrón de este barco y espero que lo siga siendo mucho tiempo. Ahí estaré a su lado».

Los halagos son recíprocos. «No es fácil llegar hasta aquí ni vestir la camiseta de nuestro club y jugar en este estadio. Pero, sobre todo, es mucho más difícil formar parte de la historia de nuestro club. Para ello se precisa mucho talento, mucha capacidad de sacrificio, entrega máxima y todo ello, con una importante dosis de responsabilidad. Sólo así los millones de aficionados madridistas y los socios de este club incorporan a un jugador como nuevo referente del Real Madrid y éste es el caso de Sergio Ramos. Llegó a esta casa cuando tenía sólo 19 años y soñaba con hacer historia en el mejor club del mundo. Jugó su primer partido en el Bernabéu para sorpresa de todos con la naturalidad propia del que ha jugado aquí toda la vida. Llegó porque su obsesión era triunfar en el Real Madrid y su empeño y entrega han sido recompensadas», alabó Florentino Pérez a un jugador al que ya considera un mito durante el acto de presentación de la biografía «Sergio Ramos, corazón, carácter y pasión», escrita por el periodista Enrique Ortego y en la que el sevillano ha participado mucho, y de la que dice sentirse «muy identificado» con todo lo que cuenta. Amén de la satisfacción de que el prólogo corra a cargo de su ídolo de juventud, Paolo Maldini, o que de él hayan escrito Caparrós, Aragonés, Del Bosque, Capello, Zidane, Ronaldo, Cannavaro, Iniesta o Fernando Torres... La colaboración más estrecha y cercana, como en el resto de los pasajes de su vida, ha sido la de su familia, presente al completo en el acto. En el libro cuentan historias de él sus hermanos Miriam y René, su padre, José María, y su madre, Paqui, a la que al citar se le quebró la voz. Aplauso, agua para poder retomar su discurso y mucha emoción. Es su «famoso» entorno, el que le ha hecho no despegar los pies del suelo. Con todo ello, sólo le quedaba un deseo: «Con 26 años estoy en el meridiano de mi carrera. Espero poder retirarme en el Madrid y que al final haya motivos para escribir otro libro».

«Mou» no estaba

Las comparaciones son odiosas, pero de los seis libros publicados de esta colección –Cristiano, Raúl, Di Stéfano, Zidane y Casillas, por este orden–, ha sido Sergio Ramos el futbolista más arropado por parte del vestuario. Será que era buen día, que había pocos compromisos personales; será que Sergio Ramos es muy querido por sus compañeros, que es líder fuera y dentro del campo, que saca la cara por los demás y que tiene una gran virtud, que todo el mundo aprecia en él lo que evidencia Florentino Pérez en el prólogo del libro. «Un jugador enorme y un hombre sincero», titula el presidente. Una sinceridad que, sabido es, no es del gusto de Mourinho cuando a él hace referencia. Por eso, porque no era previa de partido y porque allí sí estaban portugueses – «CR7» y Pepe–, alemanes –Özil y Khedira– o españoles –Casillas y Morata–, la ausencia de Mourinho fue tan notable en un día tan importante para su segundo capitán.