Fútbol

Real Madrid - Bayern: Cervezas, fiesta y una madre de un futbolista perdida

El recibimiento al autobús del Real Madrid antes del partido de Champions contra el Bayern ha sido espectacular en el centro del capital

Cerveza, mucha cerveza, latas, botellines, botellas, casi más cervezas que personas en la esquina del Bernabéu, pero también en los aledaños, en la calle transversal, donde los bares, donde ha tenido que cargar la Policía cuando todo se empezaba a salir de madre. El autobús del Real Madrid estaba saliendo de Valdebebas, pero las calles que rodean al Santiago Bernabéu ya estaban llenos de jóvenes y mayores y niños, de gente con entrada y sin ella, casi todos y todas con las camisetas blancas, esperando sin prisa no al partido, al fútbol, qué va, sólo a un autobús.

En un Vips cercano tres alemanes con camisetas rojas del Bayern tomaban algo y a pocos metros, los gritos de ánimo al Real Madrid crecían y se desbordaban. La Policía había cerrado las calles porque la marea no dejaba de pasar para juntarse en la Plaza de los Sagrados Corazones, el lugar de la cita de siempre en estas tardes de primavera, de sol y de Champions.

Un coche pasaba despistado y no vio a una chica y se oyó un grito y casi hubo un atropello: la conductora se bajó con las manos en la boca y la cara de susto, la que se tiene cuando se cree que la culpabilidad te va a acompañar toda la vida. Por suerte, había frenado a tiempo, la mujer casi atropellada se levantó, como se levantan los futbolistas después de un golpe, se probó la pierna, se vio bien y el Policía que se acercó decretó que se podía seguir jugando.

Pero el autobús no llegaba.

Un coche consiguió llegar hasta el último límite policial, sin entender por qué dos furgonetas y un policía con un escudo de película le impedía el paso. La mujer al volante enseñó su pase, vip, de los que pueden meter el coche en el estadio, pero el policía le insistía en que no se podía pasar, que era imposible atravesar esa masa enfebrecida y feliz y algo alcohólica, esa masa que esperaba. Ella debía medio entender porque no lleva mucho tiempo en España. Se llama XXXX, más conocida en España por ser la madre de Bellingham, atrapada en el Paseo de la Habana, sin comprender nada: ni lo que le dice el Policía, “sí ya sé quién es usted”, ni la marea de gente que hay delante, ni la barrera policial, ni los gritos. Eso no pasa en un partido de LaLiga, cuando llegará sobre la misma hora y todo discurre con normalidad. No se lo explica, es su primera tarde de Champions de verdad en el Bernabéu, de esas que dejan huella, de esas que no se entiende nada de nada... hasta que se entiende todo.