Real Madrid
Sangre madridista
Hay una línea fundamental en la carrera de un canterano una vez que ha llegado al primer equipo. Es el momento en el que el técnico decide contar contigo para salir al campo: o en los minutos basura, cuando el equipo está ganando fácil, o en los minutos decisivos, cuando se necesita refresco, ganas y calidad para remontar un encuentro. Como ayer, cuando salieron Morata y Jesé y entre ambos, junto con el de siempre, Cristiano Ronaldo, el Madrid ganó un partido terrible, en el que estuvo muy cerca de comenzar la despedida de la Liga. «No necesito que me convenzan porque ya tengo la confianza suficiente en ellos –explicó Ancelotti–. Han demostrado ilusión al entrar al campo y lo han hecho bien. Morata marcó y Jesé fue muy peligroso. La confianza sigue siendo la misma. Morata puede jugar. No tiene la experiencia de Benzema, pero es joven, tiene entusiasmo y es muy importante para nosotros».
Benzema es su delantero titular, pero Morata se acerca cada vez más, porque si bien tiene menos calidad, en el campo se le ve con más ganas, con el hambre del joven que necesita comerse el mundo. El hambre que se aprende en las categorías inferiores del Madrid: «No hemos empezado bien, pero luego le hemos puesto carácter y conseguimos ganar. Tenemos que saber que si las cosas no salen, no nos puede faltar la raza», dijo. Tras una jugada de Jesé, el balón llegó a Varane al borde del área. Vio a Morata y le pasó la pelota. El canterano controló y regateó con el exterior. En un toque, se hizo hueco y empató el partido. Donde todo era oscuro y el futuro inquietante, él abrió una puerta. La temporada pasada, también en el mismo campo, marcó el gol de la victoria: «Estoy muy contento por la victoria y por marcar aquí otra vez». Morata era feliz porque había marcado. Jesé, porque le había ayudado a hacerlo: «El Madrid siempre se deja la vida en todos los partidos. Tenemos mucho orgullo y hemos logrado ganar».
El gol en el minuto 94 cambió la cara de todos los madridistas, pero más la de los jóvenes canteranos, que ayer tuvieron el día de gloria que siempre andan buscando: «Los jugadores que entramos al campo desde el banquillo intentamos aportar nuestro trabajo al equipo. Estoy muy contento, no por mi actuación personal, sino por la victoria del equipo. El míster me ha dado confianza, se lo agradezco y continuaré trabajando para que siga siendo así», continuó Jesé.
Fueron ellos dos los que salvaron a Ancelotti de tener que dar más explicaciones. Aún tiene tiempo: «La victoria fue muy importante porque el partido fue muy difícil. No nos hemos rendido. En la segunda parte merecimos ganar. Hemos tenido ganas de lucha hasta el final, aunque es verdad que no hemos jugado un buen fútbol». Ahora falta saber si continuará confiando en los jóvenes.
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