Atlético de Madrid
Saúl, el Simeone del Cholo
Sigue el ejemplo de su técnico en el «Doblete», cuando sólo Penev marcó más goles que él
Sigue el ejemplo de su técnico en el «Doblete», cuando sólo Penev marcó más goles que él
Saúl es la solución para la falta de goles de los delanteros del Atlético. Los ocho que ha marcado entre todas las competiciones hacen de él el segundo máximo goleador de su equipo esta temporada. Sólo Griezmann tiene mejor puntería que él. Los tantos son sólo el reflejo de la maduración de un futbolista que gana peso en el juego del Atlético. La lesión de Tiago parecía ofrecerle un hueco en la alineación al lado de Gabi. Era el sustituto natural, aunque se ha hecho fuerte en un costado, da igual el derecho o el izquierdo, donde resulta fundamental su labor en la presión para robar y salir jugando. «Saúl está creciendo. Es un todocampista, porque puede jugar en cualquier posición, tiene buena llegada de segunda línea, buen golpeo,cabezazo, es competitivo... Todo lo que tiene para mejorar depende de él y esperemos que siga creciendo», explicaba hace unos días Simeone.
Los números hablan de ese crecimiento. Esta temporada ha jugado ya 23 partidos de Liga a falta de nueve para el final de la temporada. 24 jugó el curso pasado, aunque el número de goles permanece estable en cuatro. Su aportación se ha disparado desde que Tiago se rompió. Los seis partidos que se perdió llegaron antes de la lesión del portugués. El partido contra el Sporting del 8 de noviembre –victoria insulsa por 1-0 en el Calderón– fue el último encuentro en que no disputó ningún minuto. En el siguiente, contra el Betis, sólo jugó un cuarto de hora, pero desde entonces siempre ha sido titular. En la Liga de Campeones ha jugado los siete partidos que ha disputado el Atlético. El año pasado sólo aparecía en la mitad de los partidos, cinco de diez.
Lejos queda ya la marca de ser el jugador más joven en debutar con el Atlético en Europa. Lo hizo hace poco más de cuatro años, el 8 de marzo de 2012 contra el Besiktas en la Liga Europa que terminó ganando el Atlético. Tenía 17 y ya asomaba el futbolista que es hoy. En el fondo, aunque entre el club rojiblanco, la cesión en el Rayo –donde aprendió también a ser defensa con Paco Jémez– y las selecciones inferiores hayan pulido al jugador, para él el fútbol es una cuestión natural. Sus dos hermanos, Jony y Aarón, son futbolistas y su padre, Boria, fue muchos años delantero del Elche.
En este camino, Saúl ha ido encontrado semejanzas con su entrenador. El canterano es zurdo y un poco más alto, pero la temporada de Simeone el año del «Doblete» le sirve de ejemplo. El Cholo marcó doce goles ese curso (1995/96), todos en Liga, y, como Saúl ahora, fue el segundo máximo goleador del equipo, sólo superado por los 16 tantos del búlgaro Lubo Penev. Simeone, como Saúl, era un centrocampista de posición indefinida, con carácter, llegada al área y buen remate de cabeza. El Cholo acabó buscándose la vida en Italia, en el Inter y el Lazio, antes de regresar al Atlético, pero cree que para Saúl aún no ha llegado el momento. «Es joven todavía y sería apresurada su salida. Tiene mucho que crecer y creo que el mejor lugar para eso es su casa», advierte.
El desarrollo futbolístico de Saúl parece que lo acerca de nuevo a la Selección, donde ya estuvo en el final de la temporada pasada como «aprendiz». Fue uno de los cinco jóvenes convocados por Del Bosque para preparar el partido de clasificación para la Eurocopa contra Bielorrusia y el amistoso contra Costa Rica. Juanmi, Gayá, Duarte, Jonny y Saúl fueron llamados por el seleccionador como precaución. La temporada de clubes en España había finalizado, pero quedaban las finales europeas del Sevilla y el Barcelona. «Es una circunstancia excepcional, por si pasa algo, para tener jugadores entrenados», explicaba Del Bosque. Pero nueve meses después, Saúl es el único que está cerca de repetir la llamada. Ahora parece algo más que un por si acaso.
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