Ramos renovará su contrato por tres años más y pasará a cobrar unos 9 millones de euros por campaña a los que sumaría las primas por objetivos y títulos conquistados.

El hombre del gol de la Décima no va a jugar en el United. Va a seguir como capitán del Real Madrid hasta que cumpla 34 años, después de un acuerdo que se perfiló hace unas semanas en China durante la gira asiática, y ha acabado de cerrarse en los últimos días. El lunes se presentará oficialmente ante los medios la mejora y ampliación de contrato de Sergio Ramos, que vestirá de blanco hasta junio de 2020. Son tres años más de los que tenía firmados hasta ahora (2017) y una considerable subida de sueldo, muy cerca de lo que le ofrecía el United y de lo que el sevillano consideraba justo en relación a su importancia en el equipo.

Antes de la marcha de Casillas, Sergio ya era el líder del vestuario y el que ponía el carácter competitivo sobre el césped. Sin el portero, quedaba como el principal referente de la plantilla, como aquellos de los tiempos de Juanito, Pirri o Santillana que se encargaban de explicar a los jóvenes y recién llegados lo que significaba jugar en el Real Madrid. Sergio, como ya dijo su madre a las cámaras de Antena 3 quería quedarse en el Madrid, un club por el que dejó su casa (el Sevilla). Llegó con 19 años, el pelo largo y afeitado y el lunes, sin melena, con barba y camino de la treintena firmará su contrato definitivo con el Madrid. El que le convierte en capitán vitalicio y le permitirá retirarse del fútbol de élite en el Bernabéu.

Cerca de nueve millones de euros netos por temporada va a cobrar, con algún incentivo que puede aumentar casi hasta los diez la cifra. Sueldo de lo que es, uno de los mejores centrales del mundo y un imprescindible para este Real Madrid. Sus goles ante el Bayern y en Lisboa camino de la Décima ejemplifican perfectamente lo que Ramos significa para este grupo. Además de su calidad como central, pone el temperamento necesario cuando las cosas se complican y sus subidas al ataque han sido el alma de muchas de las remontadas en las que se ha especializado últimamente el conjunto blanco.

Su «culebrón» ha sido largo, con giros inesperados y un momento en que pareció que la relación se extinguía. El United le pidió un gesto de ruptura con el Madrid, pero nunca llegó a producirse y la directiva blanca se apresuró a acercar las posturas. Tanto el club como el jugador querían continuar juntos, pero el ruido que rodeaba a la operación complicó las cosas. Finalmente en China llegó la reunión entre Florentino, René Ramos y José Ángel Sánchez, donde todo quedó decidido y Van Gaal perdió cualquier esperanza de tener al central.

El lunes, tras el fin de semana libre del que disfrutará la plantilla, llegará el momento de las fotografías firmando el contrato. El capitán se queda para siempre. El madridismo respira tranquilo y Benítez, también.