Dos mosqueteros, dos goles

Gameiro y Griezmann acabaron con la resistencia del PSV y firman su quinto triunfo consecutivo en Champions y el liderato. La presencia de Tiago le dio al Atlético más aplomo.

¿Volvió Simeone a sus orígenes? Cuando el Bayern deambulaba por la estepa rusa y pagaba su mal momento ante el Rostov, el técnico argentino ya había decidido que Tiago sería el acompañante de Gabi y Koke. El portugués no entraba en las quinielas de la alineación, pero allí estaba para poner el orden perdido en algunos partidos y aportar su experiencia en un equipo en el que se reestrenaban, además, Vrsaljko y Giménez y en el que Gameiro volvía a ser pareja de Griezmann. Y fue la pareja francesa la que acabó con la resistencia de los holandeses. Con G de gol, para ser primero de grupo y firmar el quinto triunfo consecutivo en Champions.

A jugar y... a ganar. A Simeone le pagan para que el Atlético gane y se supone que a Cocu, también. Sin embargo, el PSV saltó al campo con muchas precauciones. Defender fue su primera obsesión y dar el balón al Atlético, la segunda. El técnico holandés, que anda en sus horas más bajas, prescindió del goleador De Jong para jugar con la velocidad del joven Bergwijn y el habilidoso Pereiro. Objetivo: cazar a los rojiblancos. Con Tiago y Gabi se descosió poco el equipo, muy atento en defensa.

El Atlético comenzó bien. Intenso, despierto, con ritmo, como quiere su técnico, pero se fue apagando porque el PSV espabiló y porque las tres llegadas con peligro –dos de Gameiro y una de Griezmann– no tuvieron resultado. Tampoco el cabezazo de Godín tras una falta. El equipo se convirtió en previsible, Pereiro se plantó sólo ante Oblak porque a los holandeses no les importó tener la pelota y el partido se volvió tedioso hasta el descanso.

Tiago era un referente por delante de la defensa. Los laterales no tenían la proyección ofensiva que pedía el técnico para abrir el campo y los pases interiores no llegaron. Koke y Griezmann fallaron a la hora de abastecer a Gameiro, que remató poco.

Segundas partes fueron buenas y el Atlético apareció con otro talante. Más ofensivo, con más velocidad y total control del juego. La buena colocación de Tiago y un puntito más de intensidad provocaron que el PSV ya no saliera con alegría. Y tras un robo de Tiago –perfecta lectura de la jugada–, Griezmann se reencontró con el gol. Un alivio para el francés, que llevaba unos partidos desdibujado y sin su alimento preferido. Para el Atlético, todo perfecto.

Gameiro remató un córner al larguero, se lesionó Filipe, entró Juanfran y Saúl reemplazó al mariscal Tiago. Los deberes estaban hechos y los intentos del PSV eran inocentes. Giménez firmaba una buena actuación; Vrsaljko cumplía sin estridencias y el equipo, que en muchas ocasiones recordó al de los viejos tiempos, firmó un partido sobrio, de trabajo, en el que primó más la efectividad que la brillantez. Seguro que Simeone durmió tranquilo.

Ficha técnica

2 - Atlético de Madrid: Oblak; Vrsaljko, Giménez, Godín, Filipe (Juanfran, m. 75); Carrasco, Tiago (Saúl, m. 75), Gabi, Koke; Gameiro y Griezmann.

0 - PSV Eindhoven: Zoet; Arias, Schwaab, Isimat-Mirin, Héctor Moreno, Willems (De Wijs, m. 46); Zinchenko, Propper (Lundqvist, m. 82), Ramselar, Bergwijn (Narsingh, m. 60); y Pereiro.

Goles: 1-0, m. 55: Gameiro, con un tiro cruzado tras un pase de Griezmann. 2-0, m. 66: Griezmann, a pase de Tiago.

Árbitro: Aleksei Kulbakov (Bielorrusia).

Incidencias: partido correspondiente a la quinta jornada del grupo D de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 45.000 espectadores.