El Barça, con urgencias, y el Madrid se enfrentan en un partido que decide si el campeonato se aprieta o si los de Zidane se disparan

Luis Enrique y Zidane coinciden en algo: «No será un partido definitivo». Lo dicen porque lo tienen que decir, aunque quizá también lo piensen, ya que hablar de una Liga terminada en la jornada 14 (quedarán 24) es un poco osado. Lo que sí marcará el duelo es el futuro de la competición, si en la segunda parte de la temporada partirán más igualados en una lucha más apretada o será una persecución a la desesperada del Barcelona ante un Madrid líder con nueve (o quizá seis) puntos de ventaja. El conjunto azulgrana ha sido campeón en seis de las últimas ocho ligas, y en todas ellas su dominio ha sido más o menos claro. La única vez que llegó desde atrás y dio la vuelta al campeonato fue en el curso 2014/15, el de la crisis de Anoeta. En la jornada 26 se puso primero y ya no soltó el privilegiado puesto. En el resto de títulos ha mandado desde la jornada 21 hasta el final, desde la 13, desde la nueve y de principio a fin en una ocasión. Se presenta al clásico con dudas por los últimos empates y con el debate de si ha cambiado el estilo que le identifica. No lo ve así Luis Enrique, que espera un partido clásico contra un Madrid replegado «haciendo ataques cortos, rápidos, directos y efectivos» y a un Barça con la pelota. Sólo contra la Real perdió la posesión el equipo azulgrana; el problema es la buena o mala gestión que haga de ella.

El Madrid, pese a alguna desconexión puntual, saca músculo con sus 32 partidos sin perder entre todas las competiciones. No cae desde el 6 abril, una derrota por 2-0 contra el Wolfsburgo que quedó en anécdota porque en la vuelta logró remontar. En Liga no pierde desde el 27 de febrero. Fue ante el Atlético y se vengó hace dos semanas. En el camino exitoso de Zidane hay ya un triunfo en el Camp Nou y la conquista de dos títulos, la Undécima y la Supercopa de Europa. Torneos de golpeo directo, de eliminatorias cortas. En la Liga ha flojeado el conjunto de Chamartín en la historia reciente y este año se ha empeñado en ganarla.

En los últimos tiempos, en realidad casi siempre, el clásico ha sido un partido de resultado incierto. El año pasado venció el Madrid en el Camp Nou cuando venía por detrás, y se impuso el Barça en el Bernabéu ante el que era líder. Los lesionados y recuperados a última hora hacen que haya alguna incógnita respecto a la alineaciones. En el Madrid, sin Bale, el debate es si estará Casemiro o no en el medio. En el Barça llegarán Alba, Piqué e Iniesta. La única variante podría ser que entrara Umtiti de central y Mascherano se echara al lateral.