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Un día para crecer

Carlo Ancelotti, durante la conferencia de prensa de este martes previa al duelo liguero frente al sevilla
Carlo Ancelotti, durante la conferencia de prensa de este martes previa al duelo liguero frente al sevillalarazon

Con Bale al mando, sin discusión, el Real Madrid quiere distanciarse en la Liga antes de ir al campo del Atlético.

No sabe el Santiago Bernabéu a qué atenerse con Gareth Bale, no sabe bien cómo definirle. ¿Es un goleador o es un jugador de banda? ¿Es un futbolista principal o está por detrás de Cristiano Ronaldo? ¿Juega mejor en la izquierda o en la derecha? Bale no es el futbolista más dicharachero, más bien es tímido, y sin controlar aún el idioma a la perfección no resuelve las dudas, sino que se limita a jugar y a seguir a lo suyo. Dice que el Real Madrid es como vivir bajo un microscopio, pero, más o menos, consigue mantenerse al margen de casi todo. Es como cuando falla una ocasión clara de gol: después, pone cara de desesperación, pero no fija la mirada en ningún sitio ni en ningún compañero. Se lamenta y sin centrarse en nada durante unos segundos, absorto, vuelve a seguir jugando, a lo suyo, que ya llegará otra oportunidad.

Frente a la Real Sociedad se le había señalado como protagonista absoluto y pese a que no hizo un mal partido, se sigue hablando y se siguen haciendo preguntas sobre él antes del encuentro de hoy contra el Sevilla, cuando sigue sin estar Cristiano Ronaldo y el Madrid tiene una oportunidad para dejar al Barcelona a cuatro puntos y llegar lanzado al Calderón, la verdadera pesadilla esta temporada. No hay mejor día para que el galés se gane la confianza de su público y que con él, el equipo recupere la confianza absoluta. El pasado sábado hubo buenas señales de todos. «Bale está haciendo lo máximo para ayudar al equipo. El año pasado lo hizo bien y ha marcado en todas las finales que hemos jugado. Está haciendo una temporada fantástica y estamos tranquilos porque lo está haciendo bien para el equipo», explicó ayer Ancelotti.

Derecha o izquierda

Pero cuando mete gol porque no pasa; cuando pasa porque no mete gol: es imposible dejar de hablar del galés, haga lo que haga. Jugó bien contra el Espanyol, hizo un tanto al Getafe, metió el gol decisivo contra el Córdoba y su problema contra la Real es que tuvo dos tantos claros y no acertó. No lleva mala racha, pero otra vez sin Cristiano y en el Bernabéu, a Bale le toca probar de lo que es capaz o decidir dónde juega mejor. «A Bale le gusta más jugar por la derecha. A él le gusta jugar por la derecha porque así puede tirar más. Puede jugar en todas las posiciones de ataque. Si juega en el otro lado, tiene que buscar más centros. Según la situación del partido puede cambiar de banda, pero por la derecha puede tirar más», explicaba ayer Ancelotti.

Lo cierto es que contra la Real Sociedad, ni pisó la banda derecha. Se movió sobre todo por el lado izquierdo del área, allí donde creó con Benzema el tercer tanto del equipo. Contra la Real Sociedad, Bale remató hasta 10 veces, pero no tuvo éxito. A cambio, dejó dos taconazos y ese pase de gol. Tras marcar, el francés enseguida se giró y le agradeció que le dejase con la portería casi vacía: «No creo que esté preocupado, está jugando bien y está en una condición óptima. Espero que siga así», continuaba el entrenador italiano. Fue contra el Sevilla cuando marcó su primer gol en el Bernabéu la temporada pasada. Entonces era un futbolista aún por descubrir. Año y medio después, con tres goles en cuatro finales, no todos saben qué esperar de él: «No creo que escuchara silbidos en el partido ante la Real Sociedad. Hizo jugadas bonitas que el público apreció», continuó ayer Ancelotti, que va a defender a su futbolista contra cualquier duda.

Cuando todos estén bien y sin sanciones, cuando no quede más remedio que elegir a un futbolista para que se quede fuera del once, los demás ya saben lo que les toca: «Sí, sin duda. No hay duda. Bale, Cristiano y Benzema van a jugar siempre», fue el mensaje definitivo del entrenador.

Son los tres de ataque los que determinan el juego y el dibujo del resto del equipo. Con ellos, el Madrid es un equipo más profundo y más rápido, que en cuanto el rival lo permite, se dibuja como un 4-3-3 en el campo, aunque luego Bale baje para que se convierta en un 4-4-2. «No es tan complicado –decía ayer Ancelotti–. Intentamos defender con dos líneas de cuatro y atacar con tres. Es un sistema que empezamos a hacerlo contra el Barça en la Copa y lo pusimos en los partidos contra el Bayern y contra el Atlético. A veces cambia porque pensamos defender con 4-3-3 porque los laterales contrarios no atacan mucho. Si atacan ponemos las dos líneas de cuatro. Y luego depende de las características de los jugadores».