El nuevo sistema de competición de los Juegos convertía el partido entre España y Eslovenia en decisivo para conocer la dimensión del rival en cuartos de final. La victoria de los balcánicos enviaba directamente a Doncic y compañía al primer bombo y condenaba a España al segundo. En ese primer bombo estaban los tres líderes de la primera fase -Australia, Francia y Eslovenia- y el mejor segundo, Estados Unidos. España tenía un 50 por ciento de posibilidades de cruzarse con los yanquis, tal y como sucedió en Atenas 2004. Francia contaba con un 25 por ciento y Australia, otro 25. La lógica se cumplió y España se medirá en cuartos el martes con Estados Unidos. El horario de los cuartos de final se definirá mañana.