Río 2016
El sueño roto de Herrera y Gavira
Caen eliminados en octavos de final contra los campeones del mundo, Alisson Cerutti y Bruno Schmidt.
Uno de sus sueños era ganarle a los brasileños en Copacabana, una de las legendarias playas donde nació este deporte. Ese sueño acabó en añicos hoy al quedar eliminados en octavos.
Los españoles Pablo Herrera y Adrián Gavira viven el voleibol desde niños y uno de sus sueños era ganarle a los brasileños en Copacabana, una de las legendarias playas donde nació este deporte.
Ese sueño acabó en añicos hoy en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, al quedar eliminados en octavos de final contra los campeones del mundo, Alisson Cerutti y Bruno Schmidt.
"De pequeño el sueño era ganarle a Brasil en Copacabana. No ha podido ser", comentó después del partido Herrera, quien, a lo largo de su carrera sí ha visto cumplirse otros sueños, como la medalla de plata que ganó en los Juegos de Atenas 2004.
A pesar de la derrota, la pareja deja los Juegos Olímpicos con "la cabeza alta", porque le plantaron cara a los actuales campeones del mundo, según palabras de Gavira.
Herrera afirmó que su compañero jugó "como si tuviese cinco Olimpiadas"de experiencia, en lugar de sólo dos.
La clave del partido, según la pareja española, fue el primer set, que fue muy parejo y se decidió a favor de los locales con un marcador 24-22.
"Nos ha pesado un poco el perder tan ajustado, ver que los tienes contra las cuerdas y luego se te escapa el set nos ha pesado un poquito", comentó Herrera.
En el segundo set, los brasileños "han empezado muy fuertes"y cuando se escaparon en el marcador a mitad del segundo set, la remontada se vio como tarea "imposible".
Otra dificultad añadida para la dupla española fue tener el ruidoso público brasileño, cerca de 10.000 personas, en contra, una experiencia "alucinante"y que amedrenta, según Gavira.
"Vibra hasta la arena con la música", comentó Herrera.
La pareja está acostumbrada a jugar en estadios de como máximo 5.000 personas y en Londres 2012 el aforo del estadio era incluso superior, de unas 15.000 personas, pero la verticalidad de las gradas y el calor del público brasileño, para ellos, aumenta la espectacularidad de Copacabana.
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