Baloncesto
Leyendas de bronce
España ganó su undécimo metal en los 16 años de gloria de la generación de oro en el equipo nacional. Dos tiros libres del Chacho a falta de cinco segundos culminaron un nuevo partido enorme de Pau Gasol
España ganó su undécimo metal en los 16 años de gloria de la generación de oro en el equipo nacional. Dos tiros libres del Chacho a falta de cinco segundos culminaron un nuevo partido enorme de Pau Gasol
Subidos al podio, como casi toda la vida, y con un bronce en el cuello. Así acaba la historia olímpica de la generación más prolífica del deporte español. Lo hizo a lo grande, como no podía ser de otra manera. En un partido dramático ante Australia y que resolvió con dos tiros libres uno de los herederos de la generación del 80. Los dos puntos anotados por el Chacho con 5.4 segundos por delante, sirvieron para rendir a Australia y para hacer justicia con otro descomunal partido de Pau Gasol. Él y los de su quinta –Navarro, Reyes y Calderón– disputaron su último partido olímpico. Queda por ver que sea el último partido de su vida defendiendo la Selección. Nadie lo ha dicho abiertamente. Es más alguno, como Pau, ha dejado abierta la puerta del equipo nacional. Lo que parecía el último baile a lo mejor no es tal.
La Selección en los Juegos ha sido fiel a su pasado. El flojo arranque con las ajustadas derrotas ante Croacia y Brasil dio paso a una Selección obligada a no fallar. Y cuando este grupo se encuentra en el alambre acostumbra a desplegar todas sus virtudes. «Parece que nos gusta», asegura más de un internacional. Con el paréntesis de Nigeria, llegaron las exhibiciones ante Lituania, Argentina y Francia. Hay cosas en verano que nunca fallan. Una de ellas es que la Selección en los últimos 16 años siempre deja varios partidos para recordar. Esas tres joyas hay que añadirlas a una lista amplísima que empezó en el Eurobasket de 2001 en Turquía, donde España también fue bronce. En semifinales llegó la batalla contra el muro estadounidense. El físico de los yanquis fue determinante. Y el combate final ante los australianos concluyó con el equipo subido al tercer lugar del cajón por detrás de EE UU y Serbia.
Pau Gasol ha ampliado su leyenda en Río. Es el tercer máximo anotador de la historia de los Juegos, el segundo máximo reboteboteador, el mejor taponador y todo esto con más de medio torneo jugando con el gemelo derecho tocado. Ante otro equipo físicamente muy poderoso como los «aussies», Pau volvió a mostrarse como el jugador más determinante del baloncesto FIBA en los últimos años. Llegó al tercer cuarto con 25 puntos anotados y dando señales de agotamiento. Cuando parecía que los kilos y los centímetros de Baynes habían logrado pararle, resucitó. Anotó seis puntos en los últimos 2:30 y terminó el partido con 31 puntos, 11 rebotes y más orgulloso que nunca. «Nos hemos sobrepuesto al mal inicio del campeonato y estoy orgulloso de mi equipo y de este gran grupo de amigos. No nos rendimos nunca, somos un bloque muy compacto y ha sido muy, muy duro. Las cosas merecen la pena de verdad cuando las ganas sufriendo, como ha sido aquí», comentó nada más terminar.
Australia fue un rival tan combativo como había mostrado durante todo el torneo salvo en la semifinal con Serbia. Fueron capaces de sobreponerse a la temprana eliminación de Bogut, a un estirón de España en el segundo cuarto (40-28) y al espectacular arranque de Gasol y Mirotic, autores de los 16 primeros puntos de España. La veteranía de Andersen –con dos tiros libres puso delante a los suyos por última vez a falta de 9.7– la puntería exterior de Broekhoff y el acierto de Mills convirtieron el partido en una tortura para España.
Después de dominar tres cuartas partes del choque, en el último cuarto los australianos se pusieron por delante, pero nunca llegaron a despegarse. A diferencia de lo que sucedió en los primeros partidos del torneo, España supo gestionar los minutos finales. Lo hizo teniendo como referencias a Pau, el Chacho y Rudy. Los seis puntos de Pau y los dos tiros libres del base dejaron 5.4 segundos para que los australianos intentaran arrebatar el bronce a España. Ni siquiera llegaron a lanzar a canasta. Mills, el que podía haber sido el héroe de Australia, lo tenía claro: «Hemos caído por muy poco ante el segundo mejor equipo del mundo».
Por eso, antes de recibir su segunda medalla olímpica, la primera fue la plata de Londres, Scariolo presumía de sus jugadores y hacía una mención especial a la generación del 80: «Este equipo y los jugadores que vendrán y el deporte español en general debe mucho a los jugadores veteranos que están en nuestro equipo y a los que lo han dejado en años anteriores. Han cambiado la forma de ver el deporte de élite en nuestro país. Me encontré un gran nivel deportivo, pero bajo en competitividad cuando llegué a España. Ellos han sabido cultivar la ambición y la autoexigencia de una forma contagiosa». Amén.
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Ficha técnica:
88 Australia (17+21+26+24): Mills (30), Dellavedova (6), Ingles (4), Bogut (2) y Baynes (6) -cinco inicial- Andersen (15) Martin (0), Broekhoff (13), Lisch (0) y Motum (12).
89 España (23+17+27+22): Ricky Rubio (3), Llull (2) Rudy Fernández (10), Mirotic (14) y Gasol (31) -cinco inicial-, Navarro (3), Hernangómez (2), Felipe Reyes (7), Sergio Rodríguez (11) y Claver (6).
Árbitros: Belosevic (SRB), Anderson (USA) y Vázquez (PUR). Eliminaron, por cinco faltas personales, al australiano Bogut
Incidencias: Partido por el tercer y cuarto puesto del torneo olímpico disputado en el Carioca Arena 1 de Río de Janeiro.
Efe
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