Real Madrid Baloncesto

Liga Endesa: El Real Madrid suma su primera victoria ante el Unicaja (71-68)

Diez puntos en poco más de dos minutos del último cuarto rinden al Unicaja.

El escolta del Real Madrid Sergio Llull (i) entra a canasta presionado por el alero congoleño Christian Eyenga, de Unicaja.
El escolta del Real Madrid Sergio Llull (i) entra a canasta presionado por el alero congoleño Christian Eyenga, de Unicaja.larazon

Diez puntos en poco más de dos minutos del último cuarto rinden al Unicaja.

Acabado el partido, después de ser ovacionado y antes de llegar a los vestuarios, Sergi Llull se dirigía al responsable del Prensa del Real Madrid y se señalaba preguntando: «¿A mí, voy yo»? Sí Llull, te toca. Una vez más. A quién si no iba a reclamar la televisión que tiene los derechos de la Liga Endesa. Se trataba de recoger una vez más las primeras palabras después de otra hazaña. «Ha sido difícil y es un trabajo de todos porque somos un equipo y, a lo mejor, gente que no sale tanto en la estadística, como Rudy, ha hecho un trabajo enorme atrás», dijo Llull a Movistar +. Su partido fue infinitamente superior a su análisis. El que lo clavó fue Joan Plaza. El entrenador del Unicaja, que tuvo a sus órdenes al Llull recién llegado al Madrid, no pudo definirlo mejor: «Cuando coge la moto, cuando coge una racha, da igual que pidas un tiempo muerto, que le pongas a cinco tíos encima... Entre todos hemos creado un monstruo». Ese monstruo acabó con las aspiraciones de Unicaja con 28 puntos, 5 rebotes, media docena de asistencias y con la sensación de que hay momentos en los que o alguien le pega las zapatillas al parquet o no hay quien lo pare.

Laso sólo dio una tregua de 3:30 a Llull. El problema del actual Madrid es que al base no se le puede dar más descanso para que el equipo no sufra un colapso. «Necesitamos que se incorporen más jugadores», clamaba Laso al final pensando en la amplitud de su plantilla y en la horfandad que a veces sufre su estrella. Llull apenas encontró la ayuda de Hunter y Nocioni. Es cierto que el resto trabajó atrás, pero qué menos. Al pívot le implicó a base de asistencias. El Chapu no necesita que nadie le llame a la batalla. Fue el mejor en la primera escapada del Madrid allá por el segundo cuarto. Cuando Laso le sentó había sumado 9 puntos y 3 rebotes y tenía ganas de mucho más. Su cara en el banquillo denotaba un colmillo afilado y más ganas de guerra.

Su regreso en el último cuarto coincidió con una nueva explosión de Llull. Ya hemos perdido la cuenta de las veces que esta temporada ha entrado en éxtasis. Con Unicaja llamando a la puerta (52-52), Llull tuvo 2:15 mágicos. Anotó diez puntos que reventaron el partido. Un triple contra tablero, tiros libres, una bandeja que se paseó por la parte superior del tablero... Sus 14 puntos en el último cuarto, los mismos que había sumado en los tres anteriores, dejaron a Unicaja perplejo. Llull ejecutaba y Nocioni ejercía de motivador de la hinchada. Nedovic intentó desactivar al Madrid, pero la dinamita de Llull había sido demasiado.