Muertos de risa, así están los jueces de nuestro fútbol tras las flechas innecesarias lanzadas desde Barcelona. Las absurdas insinuaciones desde la Prensa de la Ciudad Condal sobre una supuesta conspiración arbitral contra el Barcelona han creado un clima de comedia dentro del estamento. Pasando por encima de las desafortunadas descalificaciones personales, simplemente el Comité Técnico de Árbitros ve cómo intentan pasar la pelota a su tejado para que otros se cubran las espaldas.

Campaña prematura

Esperaban este tipo de campañas de esoterismo, pero no con solo dos jornadas jugadas. Apenas han existido cuatro jugadas dudosas y ya se duda de su honorabilidad. No fueron los árbitros quienes mencionaron a la mamá de Velasco Carballo ni fueron los árbitros los que evitaron adquirir los nuevos conocimientos para valorar la supuesta mano de Miguel Torres. Es esta campaña la que pretende pudrir el arbitraje desde los inicios.

La presión para ellos

En la casa arbitral conocen el objetivo, cortito y al pie: atribuir la presión a los árbitros e intentar crear una influencia que cambie esa supuesta corriente que atenta contra el Barça. Aun así la tranquilidad se mantiene y salvo alguna minucia, el comienzo ha sido bueno. Eso sí, el parto ha sido prematuro. Ya ha empezado el programa favorito de los árbitros: «El festival del humor».