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Los escudos del Clásico

Piqué y Ramos representan mejor que nadie el sentimiento por el Barça y el Madrid

Los escudos del Clásico
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Piqué y Ramos representan mejor que nadie el sentimiento por el Barça y el Madrid

Piqué es, seguramente, el defensa de más nivel en la plantilla del Barcelona, pero no es ésta la razón por la que el Bernabéu se deja los pulmones pitando cada vez que aparece o toca el balón en Chamartín. «Soy así y no voy a cambiar, es lo bonito de la rivalidad», se defiende el futbolista, que enerva a la hinchada rival acordándose del eterno enemigo cada vez que tiene una oportunidad. Piqué se siente feliz siendo el más odiado en el universo blanco y ya ha dicho más de una vez que los pitos son «música celestial» para sus oídos. Enseñar la mano abierta después de una goleada, el famoso «contigo empezó todo» o el «vamos a celebrarlo, que nos vean y se jodan los del Madrid», son sólo algunos de los detalles que no le perdonan los madridistas. «Me gusta azuzar el pique Madrid-Barça, es lo que nos ha hecho a uno y otro estar siempre entre los grandes», reconocía hace poco a la revista «GQ» el futbolista que mejor representa el sentimiento barcelonista en el Barça actual.

Al otro lado de la rivalidad, este traje de jugador-referencia en cuanto a lo emocional le sienta perfectamente a Sergio Ramos, que, además de ser el capitán del Real Madrid desde la marcha de Casillas, siempre quedará en los libros como el jugador que hizo posible la décima Copa de Europa. Sin ser canterano, porque se hizo futbolista en Sevilla, se ha convertido en una pieza fundamental más allá de lo futbolístico dentro y fuera del campo. Ha entendido perfectamente lo que significa ser jugador del Real Madrid y su temperamento le da un extra de motivación al equipo, especialmente en los malos momentos. Él es el encargado de levantar la voz cuando las cosas se complican y de empujar al resto hacia adelante cuando casi nadie cree en la remontada. El gol de Lisboa, con el tiempo casi cumplido, es una buena muestra.

Este curso no aparece entre los ocho jugadores más utilizados por Benítez y Zidane por culpa de una luxación en el hombro que le obligó a jugar infiltrado frente al PSG, el Atlético y la ida del clásico en el Bernabéu. Finalmente, decidió parar justo tras la derrota ante el Barcelona para proteger la articulación y evitar el quirófano. Después de cumplir sanción ante el Sevilla en el último partido de Liga, Ramos regresa hoy formando con Pepe la pareja de centrales teóricamente ideal para Zidane. Enfrente estará Piqué junto a Mascherano, como casi siempre.

Ambos representan dos universos antagónicos, que confluyen cuando juega la Selección. Tanto Ramos como Piqué serán insustituibles para Del Bosque en la próxima Eurocopa, y representan casi la única opción del técnico para el centro de la defensa, con mucha diferencia respecto al resto de alternativas. No existe un «feeling» especialmente bueno entre ambos fuera del campo, pero son dos de los mejores centrales del mundo y sobre el césped hablan el mismo idioma.

«Marcar al Barcelona siempre es una alegría un poco más grande que hacerlo ante otro rival», concede Sergio. A Piqué le preguntaron en Periscope si esperaba una manita para el choque de hoy. «¡Qué va! Intentaremos ganar, que ya es suficiente». En el Bernabéu estuvo cerca de hacer el quinto.