Tenis

La madurez de Alcaraz le lleva a la final de Roland Garros

Carlitos se impuso a Sinner en cinco sets (2-6, 6-3, 3-6, 6-4 y 6-3) después de cuatro horas y nueve minutos de una semifinal salpicada por los problemas físicos de ambos

Carlos ALCARAZ of Spain celebrates his victory during the thirteenth day of Roland-Garros 2024, ATP and WTA Grand Slam tennis tournament on June 07, 2024 at Roland-Garros stadium in Paris, France - Photo Matthieu Mirville / DPPI AFP7 07/06/2024 ONLY FOR USE IN SPAIN
TENNIS - ROLAND GARROS 2024 - 07/06AFP7 vía Europa PressEuropa Press

Hace un año en la semifinal ante Djokovic en la Philippe Chatrier a Alcaraz le devoraron los nervios y la mala digestión del sufrimiento por tener enfrente al serbio. De aquello sacó conclusiones y la prueba más evidente ha llegado doce meses después con la forma en que Carlitos resolvió la semifinal ante Sinner. «Ha sido uno de los partidos más duros de mi carrera. Yannik es un gran jugador y espero jugar muchas más veces contra él porque mis encuentros más difíciles siempre han sido contra él. He encontrado la manera de divertirme mientras sufría. Ambos tuvimos que luchar contra los calambres, creo que aprendí a gestionar esto después del pasado. Me dije que debía seguir luchando y creo que en el cuarto y el quinto set mostré un gran nivel», confesaba el de El Palmar en la pista a Álex Corretja.

La semifinal tuvo varios capítulos muy diferentes. Comenzó con un Sinner arrebatador, inalcanzable que llegó a situarse con 2-6 y 2-0. Hasta ese momento Carlitos se había mostrado ofuscado porque no encontraba el modo de inquietar el tenis robótico del italiano. Pero fue capaz de reinventarse, armarse de paciencia, esperar un bajón de Sinner y saber aprovechar sus oportunidades de break, lo que tantas veces se ha autoexigido. Así fue como la semifinal se equilibró y entró en un terreno de arenas movedizas en el tercer set. En el tercer juego de ese parcial, Alcaraz sumó un break... pero nada más cerrar el juego comenzó a hacer gestos extraños. En su siguiente servicio lo que eran saques a más de 200 kilómetros por hora se convirtieron en servicios que raramente alcanzaban los 170. La derecha que había ido creciendo a medida que avanzaba el torneo desapareció de forma brusca. Ya no había golpes ganadores con el drive, ya no se invertía en busca de su golpe más letal. El escenario había cambiado por completo. Y la prueba más evidente era que el intercambio de diálogos y consignas con Juan Carlos Ferrero había dado paso a un silencio inquietante...

Pero es que en la acera de enfrente Sinner comenzó a hacer extraños estiramientos con los dedos de ambas manos. Primero con la izquierda, luego con la derecha. El italiano se tomaba un tiempo nada habitual entre saque y saque intentando digerir los calambres que le martirizaban. Llamo al fisioterapeuta de la ATP para que actuara en todo el brazo derecho y pudo seguir jugando con relativa normalidad. Porque en el siguiente parón y cuando ya tenía encarrilado el set tuvo volvió a reclamar al fisio para que le soltara ambas piernas. En un escenario apocalíptico, Sinner fue capaz de llevarse el tercer parcial y Alcaraz supo conservar la calma. Si el saque no funcionaba como antes y la derecha ganadora era un imposible tocaba buscar alternativas para intentar seguir vivo como fuese. Era la reencarnación de lo de 2011 de Nadal en Australia, el «no me retiro ni cagando».

Alcaraz mantuvo la calma y asumió que de lo que se trataba era de sobrevivir. Volvieron los intercambios de consignas con Ferrero en el palco y esa era la mejor señal de que lo peor había pasado. Con el partido avanzando más allá de las tres horas, Alcaraz fue encontrando argumentos en forma de reveses, dejadas y el indisimulable desgaste del italiano. Pese a las molestias, físicamente Alcaraz estaba por encima de Sinner. Tiró de recursos para llevarse el cuarto set con un break en el décimo juego.

Y no dejó de crecer. Su ritmo y su tacto con la pelota empezaron a recordar al de los mejores momentos en el torneo. Al día de Korda, al día de Auger-Alliassime, al día de Tsitsipas... controló el ritmo con una variedad de golpes y un control admirable. Se situó 3-0 y aunque el italiano se empeñó en prolongar la semifinal, Carlitos fue capaz de resolverla agarrado a su servicio. El modo en que llegó la victoria muestra un jugador mucho más maduro que el de hace un año. Tan maduro que nadie con sólo 21 años ha sido capaz de haber alcanzado las finales de Gran Slam en las tres superficies existentes.