LaLiga Santander
Miedo al «Tamudazo»
Tras clasificarse para la final de la Champions, Atlético y Madrid retoman su persecución liguera al Barça, que recibe al Espanyol con el gol que le condenó en 2007 en el recuerdo.
Tras clasificarse para la final de la Champions, Atlético y Madrid retoman su persecución liguera al Barça, que recibe al Espanyol con el gol que le condenó en 2007 en el recuerdo
Son unos días ajetreados para Raúl Tamudo. «Ojalá que alguno de los de ahora marque y así no me llamarán a mí para recordar el “Tamudazo”», aseguraba el ex futbolista en Onda Cero. Nueve años han pasado del momento al que se refiere el espabilado ex delantero y viene a cuento hablar de ello por la similitud de aquella situación con la actual: penúltima jornada, la Liga en juego (aunque esta vez con tres equipos peleando por ella) y un Barça-Espanyol. En aquella temporada 2006-07 era el Real Madrid el que llegaba por delante, pero perdía en Zaragoza y el Barça ganaba al Espanyol, ambos por 2-1. En el mismo minuto, en el último, dos goles: uno de Van Nistelrooy y otro de Tamudo, el «Tamudazo», que volvía a situar al equipo del Bernabéu en disposición de ganar la Liga en la jornada final. Los jugadores del Espanyol no sabían lo que estaba pasando con el equipo blanco, pero en el vestuario se dieron cuenta de lo que habían conseguido. Por una vez rieron ante el vecino rico. «¿Vengar el “Tamudazo”? Podría ser contra el Espanyol o contra cualquier otro. No podemos dejar escapar la Liga. La motivación de ganarla es suficiente», dice Gerard Piqué, que en los últimos tiempos, más complicados, ejerce a veces de portavoz del club. Precisamente el central está en el medio de la última polémica de los derbis catalanes. Se enfrentaron en Copa del Rey en enero y se burló de la afición del Espanyol, que respondió en el partido de vuelta con unas pancartas fuera de lugar. Se han medido tres veces esta temporada y todos han sido partidos subidos de tono, con el Espanyol algo pasado de vueltas en algunos momentos y con Suárez y el portero Pau diciéndose de todo en el campo.
Una vez cortada la sangría de derrotas, el Barça está confiado en aguantar hasta el final para llevarse la Liga. Ha tenido toda la semana para preparar el partido y para descansar después de un año agotador. Lleva tres triunfos seguidos, dos por goleada. El problema es que deja algunas dudas en el juego. El Espanyol, por su parte, todavía no tiene la salvación asegurada, un elemento más de peligrosidad para el campeón en su lucha por conservar el título. Los azulgrana saldrán con su equipo de gala y Ter Stegen en la portería por la lesión de Bravo. Son muy superiores al vecino, pero para el Espanyol sería como ganar la Copa de Europa dar otra sorpresa en el Camp Nou, y esta motivación es lo único que preocupa a los de Luis Enrique.
Real Madrid y Atlético necesitan un tropiezo azulgrana para tomar la iniciativa. Una vez aparcados el esfuerzo y la alegría de la clasificación para la final de la Liga de Campeones, ambos se ponen en «modo Liga». Los blancos reciben al Valencia, que siempre tiene una motivación extra cuando se enfrenta al Madrid. El año pasado visitó el Bernabéu una jornada antes, en la 36ª, y se llevó un empate que acabó definitivamente con las opciones madridistas de ganar la Liga. El mismo resultado (2-2) se produjo esta temporada en Mestalla, en el que fue el último partido de Benítez y posibilitó la llegada de Zidane al banquillo. Un punto de inflexión que ha llevado al equipo a Milán y que el francés quiere prolongar luchando por la Liga hasta el final. El técnico tenía previstas rotaciones para dar aire al equipo, pero dos serán obligadas. Bale, con una «distensión articular en la rodilla derecha» y Navas, por culpa de una «tendinopatía aquilea en el pie izquierdo» no van a estar disponibles ante el Valencia. Es muy probable que sí estén de vuelta el día 15 frente al Deportivo y seguro que estarán perfectos para jugar la final de la Champions ante el Atlético.
Los rojiblancos también quieren la Liga y de los tres candidatos tienen el rival más fácil en teoría. Visitan al Levante, ya descendido y pensando en cómo empezar a construir el regreso a la élite. «El Barcelona y el Madrid deben tener claro que vamos a competir al máximo y que voy a sacar el mejor once posible. No necesitamos maletines, no he visto uno en mi vida», avisaba ayer Rubi, técnico levantinista. Simeone, que nunca ha ganado en el Ciudad de Valencia, también planea cambios para dar oxígeno a su once titular. Aparcada la Champions, a los dos equipos madrileños les toca seguir su persecución al Barça, que teme otro «Tamudazo».
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