Boxeo
El final de «Toro Salvaje»
Jake LaMotta, el boxeador que inspiró la película de Scorsese, falleció a los 95 años a causa de una neumonía. Su rivalidad con Sugar Ray Robinson fue clave en su carrera
Jake LaMotta, el boxeador que inspiró la película de Scorsese, falleció a los 95 años a causa de una neumonía. Su rivalidad con Sugar Ray Robinson fue clave en su carrera.
Una derrota y una película construyeron su leyenda. Jake LaMotta es el «Toro Salvaje» que le valió un Oscar a Robert de Niro, pero es también el hombre que resistió en pie el ataque de Sugar Ray Robinson en la pelea conocida como «La matanza del día de San Valentín», por ser casi tan sangrienta como la ordenada por Al Capone contra la banda de Bugs Moran el 14 de febrero de 1929 en Chicago. La ciudad y el día coincidían, aunque el combate entre Robinson y LaMotta fue en 1951. «No se puede soportar tanto castigo», decían los comentaristas. Pero la vida, como el boxeo, era una cuestión de resistencia para Jake LaMotta. Y resistió hasta que ayer, a los 95 años, una neumonía acabó con él. «Golpear, golpear, golpear, nunca rendirse, recibir todo el castigo que pudiera soportar, pegar, pegar y pegar», era el lema que reflejó en su autobiografía.
El nombre de Sugar Ray Robinson es fundamental en la carrera de LaMotta. Pelearon seis veces con sólo una victoria para «Toro Salvaje». Fue también la primera derrota en la carrera de Robinson, que no volvería a caer ante su gran oponente. La rivalidad se había cimentado ya en su primer encuentro. Era el debut en el peso medio para LaMotta, que se atrevió a tumbar al campeón una vez, aunque después perdió el combate. Pero el campeonato del mundo a «Toro Salvaje», al que también llamaron el «Toro del Bronx», no le llegó contra Robinson. Fue Marcel Cerdan su víctima el 16 de junio de 1949. Una pelea dura, en la que LaMotta terminó con la mano izquierda lesionada y Cerdan, con un hombro dislocado. Se programó la revancha para diciembre de ese mismo año, pero el francés falleció en octubre en un accidente aéreo.
LaMotta, nacido en Nueva York de ascendencia italiana, ya tenía una vida de película, dentro y fuera del cuadrilátero, antes de que Martin Scorsese se atreviera a filmarla. La película tuvo ocho nominaciones a los Oscar, aunque sólo ganó dos, el de Robert de Niro, a la mejor interpretación, y al mejor montaje. El «Toro Salvaje» real, bautizado como Giacobbe, nació el 10 de julio de 1921 y muy pronto comenzó a sentirse atraído por el boxeo. Tanto que, durante la Gran Depresión, su padre lo animaba a pelear contra otros chavales del barrio para que los mayores apostasen. Era la manera de llevar algo de dinero a casa. Jake se libró de ir a la Segunda Guerra Mundial por una lesión de oído, pero eso no le impidió dedicarse al boxeo profesional desde los 19 años. Disputó 106 combates, con 83 victorias, cuatro nulos y 19 derrotas. Entre ellas, una consentida contra Billy Fox en 1947. «¿Qué podía hacer?», confesó años después ante un boxeador muy inferior, pero apadrinado por la mafia.
LaMotta se casó siete veces, tuvo problemas con el alcohol y la justicia y quiso rehacer su vida tras arruinarse al dejar el boxeo. Intentó ser actor, comediante y abrió un club nocturno que clausuraron por dejar entrar a menores.
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