Atlético de Madrid
Nadie quiere al Atleti
Por su exigencia física es el más incómodo para todos los rivales que se puede encontrar en el sorteo de las semifinales de Champions
Por su exigencia física es el más incómodo para todos los rivales que se puede encontrar en el sorteo de las semifinales de Champions
Simeone ha acostumbrado al Atlético a pisar las últimas rondas europeas. Desde que llegó en 2012, sólo en la temporada siguiente, la 2012/2013, no alcanzó los cuartos de final de una competición europea. Después de superar la fase de grupos cayó en dieciseisavos de la Liga Europa contra el Rubin Kazan. Aquel año Europa era un objetivo secundario. Llegaban de ganar su segunda «Uefa» y el objetivo era disputar la Liga de Campeones. Y en la máxima competición continental sólo lo ha podido derrotar el Real Madrid. Le ganó la final en 2014 y lo eliminó en cuartos la temporada pasada con un gol de Chicharito. Será la segunda semifinal de Champions que dispute el Atlético con Simeone. Las mismas que había disputado en toda su historia antes de que llegara él. En estos años le ha dado tiempo a mostrar sus virtudes en el continente y por eso es el equipo del que todo el mundo huye. Es el único equipo que ha conseguido eliminar al Barcelona antes de las semifinales desde 2008. Los azulgrana habían encadenado seis semifinales consecutivas de la Champions hasta que se cruzaron con el Atlético en 2014. La historia se ha repetido este año.
El Atlético se enfrenta al sorteo (11:30) con tres revanchas pendientes. Contra el Bayern y el Madrid perdió las dos finales que jugó. En el Manchester City juega Agüero, para el que se supone un recibimiento parecido al de Arda el miércoles, con pitos y más pitos. «Trabajamos para ser un equipo molesto», dice Simeone. Y lo ha conseguido. La preparación física del «profe» Ortega ha conseguido que la plantilla esté en su mejor momento cuando llegan los partidos decisivos de la temporada. El ejemplo es la superioridad física que demostró frente al Barcelona. Los jugadores del Atlético corrieron un total de 12 kilómetros más que los azulgrana.
Simeone ha conseguido que el Atlético sea un equipo grande de Europa a pesar de que la plantilla no tenga continuidad. Cinco titulares de la final de Lisboa de hace dos años ya no están en el equipo: Courtois, Miranda, Raúl García, Diego Costa y Villa. Tampoco continúan los tres que entraron como suplentes: Alderweireld, Sosa y Adrián. Ni Arda, que no jugó porque estaba lesionado. Y Filipe Luis se marchó al Chelsea y regresó el verano pasado. Y Tiago, que amagó con irse sin acabar de hacerlo, ahora está lesionado.
A pesar de todo eso, el Atlético conserva su personalidad, que es la que le transmite Simeone. Ningún equipo refleja mejor el carácter de su técnico. El Cholo es intenso, incluso pesado, por eso lo que para otros es un inconveniente –la falta de continuidad en la plantilla– para él es una virtud. En alguna ocasión ha reconocido que necesita que se vayan unos cuantos agotados para que lleguen otros nuevos, más frescos, a los que pueda llenar la cabeza con sus ideas. Además, detecta enseguida a los jugadores que no se adaptan, como Cerci el año pasado y Jackson esta temporada. Pero no tiene problemas en aguantar a jugadores jóvenes, aunque parezca que nunca van a tener oportunidades. Lo hizo con Giménez, que vivió a la sombra de Godín y Miranda hasta que se hizo imprescindible, y lo ha vuelto a hacer este curso con Thomas y Lucas, que ha disputado los 180 minutos de la eliminatoria contra el Barcelona.
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