"Los jugadores que vayan a disputar un partido en el All England Club deberán vestir con un uniforme para la práctica del tenis que sea completamente blanco y deberán llevarlo desde el momento en el que se entre en las instalaciones."

Wimbledon lo deja claro en sus normas. Además no admite ninguna variedad del color, ni pastel, ni roto, ni crema, blanco. Ahora es imposible imaginar a un tenista de otro color sobre el césped inglés, pero la organización tuvo que ponerse serio en la década de los noventa, cuando las marcas decidieron colorear la vestimenta de sus patrocinados.

Fue en 1995 cuando Wimbledon cerró todo tipo de grietas en sus normas para evitar la llegada de otros colores y en 2014 se añadieron modificaciones más rigurosas ante el hábito de los jugadores a lucir detalles de colores en camisetas, calcetines y zapatillas.

Pero, ¿de dónde viene esta norma de jugar de blanco? Pues el motivo deriva del origen de este deporte y de la aristocracia británica. El blanco era un color idóneo para estar al sol, (el tenis se jugaba en verano), para evitar las marcas de sudor y sobre todo un color limpio que los trabajadores nunca iban a elegir para no mancharse con sus trabajos manuales.