India
Qatar'2022, bajo sospecha
Un estudio de la Confederación Sindical Internacional (CSI) ha revelado que aproximadamente 4.000 trabajadores inmigrantes de Nepal, India y Sri Lanka morirán en Qatar en las obras relacionadas con el Mundial de 2022, a menos que el gobierno de Doha afronte reformas laborales.
El número de muertes podría ascender a 600 al año (12 a la semana). La CSI, sin embargo, admite que la causa de muchas de las muertes no están claras, pero las atribuye a las duras y peligrosas condiciones de trabajo y a las precarias viviendas en las que habitan los inmigrantes que se dedican a la construcción. Todo ello después de la enorme sorpresa que generó hace tres años la elección de Qatar como sede del Mundial de fútbol de 2022.
Hay denuncias de abusos que podrían haberse cobrado ya la vida de hasta 44 nepaleses, según el diario inglés «The Guardian» en un reportaje titulado «Revelado: los esclavos de la Copa del Mundo de Qatar», basado en informaciones de la embajada que tiene Nepal en la capital del emirato.
Los nepaleses forman el mayor grupo de trabajadores del país. Según el reportaje, son sometidos a situaciones de abusos y explotación que cumplen casi todas las premisas con las que la Organización Internacional del Trabajo define la esclavitud. Los documentos de la embajada nepalesa apuntan a que al menos 44 trabajadores han muerto entre el 4 de junio y el 8 de agosto. La mitad de ellos sufrió accidentes en su lugar de trabajo o falleció por problemas cardíacos.
El rotativo recoge el testimonio de varios de estos trabajadores y son sobrecogedores. «Trabajamos con el estómago vacío durante 24 horas; 12 horas trabajando y 12 sin comida toda la noche. Cuando me quejé, mi jefe me agredió, me echó del lugar donde vivía y se negó a pagarme. Tuve que mendigar para poder comer», relata Ram Kumar Mahara, de 27 años, uno de los muchos afectados por estos abusos. Algunos afirman no haber recibido su paga durante meses, a otros se les confiscó el pasaporte y hasta se les denegó agua a pesar del calor con el que estaban trabajando. «Nos gustaría irnos, pero la compañía no nos deja», desvela un nepalés que trabaja en Lusail City, una ciudad en construcción que albergará la final del Mundial en un estadio de 90.000 personas del que no se ha puesto aún ni la primera piedra. Según los documentos publicados en el reportaje, 30 nepaleses consiguieron escapar hasta la embajada para buscar refugio y huir de las condiciones brutales a las que estaban siendo sometidos en su puesto de trabajo.
Los responsables del Mundial, el Comité Supremo 2022, informaron de que aún no han comenzado los trabajos directamente relacionados con el Mundial, pero se mostraron «profundamente preocupados» tras conocer el reportaje. «Se nos ha informado de que las autoridades gubernamentales están llevando a cabo una investigación sobre las denuncias», informó el Comité en una nota. Jumari Sharma, embajador nepalés, respondió con dureza: «Qatar es una cárcel abierta».
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