¿Romperá el Barça ante el Manchester United su triple maldición?

Con la final de Copa alcanzada hace tiempo y LaLiga atada a falta prácticamente de la sentencia, el Barcelona centra sus esfuerzos en el Manchester United en los cuartos de final de la Liga de Campeones, la competición que se le resiste los últimos años y a la que más ganas tiene. La de las tres maldiciones. Maldición número uno: una personal, de Luis Suárez. «Nos aporta mucho a nivel ofensivo, defensivo, de presión, carácter, goles, asistencias...», define Piqué al «9» de su equipo. Se podría poner un «Ok» debajo de todo lo que dice el central... Con una excepción: el gol fuera de casa en la Liga de Campeones. Hay que retroceder hasta el 16 de septiembre de 2015 para encontrar el último tanto de Luis Suárez como visitante en la competición europea. Fue en la fase de grupos, ante la Roma, rival que lleva directamente a la segunda maldición contra la que pelea hoy el Barça: las tres derrotas seguidas en cuartos.

El recuerdo de Roma

La de la Roma fue la última, la más reciente, el curso pasado, quizá la más dolorosa para el conjunto azulgrana después de haber vencido 4-1 en la ida. «Nos caímos y nos levantamos. Ha pasado otras veces con el Barcelona, también el Bayern una vez nos atropelló en semifinales, pero si lo pones en una balanza han sido más momentos buenos que malos. Aprendimos de eso y estaremos más atentos para intentar que no vuelva a suceder», admitió Piqué. «En aquel momento, le di bastantes vueltas, pero, en el fondo, aquella derrota la vemos más como un estímulo que como cualquier otra cosa», admite Valverde. En 2017 fue la Juventus el verdugo, con un contundente 3-0 en la ida y sin opciones de remontada en la vuelta, como sí había sucedido en los octavos contra el PSG (recuperaron el 4-0 de París con un 6-1). En 2016 el Atlético de Madrid (ganó el Barça 2-1 en la ida y los rojiblancos 2-0 en la vuelta) fue quien empezó a dar forma a esta «maldición» por la que se pregunta a jugadores y entrenador cada vez que llegan a estas alturas. «Yo diría que presión no tenemos, es ilusión por levantarla otra vez. Habría presión si lleváramos 10 o 15 años sin haberla ganado, o no la hubiéramos ganado nunca o no tuviéramos opciones en el resto de competiciones y sólo nos quedara ésta, pero no es el caso», analizó Piqué.

Old Trafford, prohibido

La tercera maldición contra la que lucha el Barcelona hoy es la de Old Trafford, donde nunca ha ganado: dos empates y dos derrotas (una de ellas en la Recopa), aunque la última vez que se enfrentaron en una eliminatoria fue hace once años, con Piqué en el United (no jugó) y Messi ya en el primer equipo del Barcelona. Después llegarían las dos finales que ganaron los azulgrana, en 2009 y 2011. Para poder vencer allí, vuelta al principio: al conjunto de Valverde le vendrían de cine los goles que Luis Suárez sí está consiguiendo en el resto de competiciones. Desde el último tanto en Europa como visitante del uruguayo han disputado 16 partidos, que suman 1.508 minutos en blanco, lo que parece increíble en un futbolista que ha demostrado una buena relación con el gol. Este curso la mala suerte-puntería se extiende a toda la competición, tanto en casa como fuera, en la que no se ha podido estrenar. Luis Suárez lleva justo un año sin hacer un tanto en Champions. Esta temporada son 7 remates a puerta, 16 fuera, 8 bloqueados por la defensa y uno estrellado en el poste. Justo en la ida contra el Olympique de Lyon tuvo su peor noche, aunque en la vuelta fue uno de los más destacados pese a no conseguir anotar. El «9» está en un momento dulce, como para acabar con todos esos números negativos que tiene en lo referente al acierto. Si el Barcelona está casi acariciando LaLiga es por él. En las dos últimas jornadas ha rescatado a su equipo, con la volea que dio un punto ante el Villarreal y con el tiro con rosca que acabó con la resistencia de Oblak en el decisivo duelo contra el Atlético. Son 20 goles de Suárez en el campeonato doméstico, a los que Messi suma 33 (más ocho en la Champions).

La paradoja de Messi y Luis Suárez

La paradoja del Barcelona es que en Europa, en las últimas eliminatorias a domicilio, le ha faltado gol: con Valverde marcó uno ante el Chelsea y ninguno en Roma en 2018 y ha quedado en blanco en los octavos de este año. Antes, con Luis Enrique, cero en París y cero en Turín (2017), dos al Arsenal y ninguno en el Calderón (2016) y, en la última Liga de Campeones conquistada por el Barça, dos al Manchester City, tres al PSG y dos al Bayern. Queda clara la importancia de marcar fuera de casa. «En Lyon no lo conseguimos y eso te hace estar más pendiente en la vuelta», opinó Valverde, que finalmente podrá contar con Dembélé, aunque no será titular.Quien debe tomar la palabra también es Messi. «Es uno de los mejores de la historia, pero no es imparable», opinó Solskjaer.