Real Madrid

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Simplemente magia

Todos los caminos conducen a Isco como titular hoy. Sólo ha jugado tres partidos en Champions, pero llega para lo más importante.

Isco Alarcón bromea con Toni Kroos durante el entrenamiento de ayer
Isco Alarcón bromea con Toni Kroos durante el entrenamiento de ayerlarazon

Todos los caminos conducen a Isco como titular hoy. Sólo ha jugado tres partidos en Champions, pero llega para lo más importante.

Todos los caminos conducen a Isco para completar el once titular del Real Madrid esta noche. La lesión de Bale, el magnífico momento de forma del mediapunta y sus últimas «obras de arte» en la Liga acaban con cualquier excusa válida para sentarlo en el banquillo. No salió de él frente al Valencia –«tengo que pensar en todo», dijo Zidane–, que traducido viene a ser que deseaba reservarlo para que estuviera fresco hoy. «Es un jugador diferente cuando tiene la pelota, es fantasía pura», decía ayer Carvajal de un futbolista que hasta ahora ha pasado de puntillas por esta Champions. Tres partidos de diez y 148 minutos es su aportación, pero con sus apariciones en Liga se ha ganado ser importante en Europa.

Jugó una hora en la fase de grupos ante el Sporting de Portugal en noviembre y entró diez minutos al final de la vuelta de octavos en Nápoles. Éste era su currículum continental este curso hasta la visita del Bayern al Bernabéu, donde fue titular en una situación similar a la de ahora. No estaba Bale y quedaba una vacante en el teórico equipo de gala. Fue para el malagueño, que venía de poner en pie El Molinón con dos goles y una de sus mejores actuaciones como profesional.

«Trabajamos mucho para cuando tenemos estas oportunidades aprovecharlas. Todos los equipos tienen su once titular y luego están los demás. Lo importante es que cuando jueguen los demás, lo hagamos bien», admitía Isco después de jugar un gran partido en Riazor. No se siente indiscutible, pero sí importante. Tras el gol de Marcelo ante el Valencia, el malagueño fue el primero que saltó al campo para celebrar el tanto en una piña en la que se mezclaban titulares y suplentes, habituales y actores secundarios. De esto tiene mucha culpa Zidane, que ha conseguido que nadie se desenganche, ni física ni anímicamente. Isco es uno de los mejores ejemplos y hoy es su día para volver a demostrarlo.

Las bajas por lesión de Kroos y Casemiro le hicieron un hueco en el derbi madrileño de Liga en el Calderón, donde Isco firmó una grandísima primera parte, de un nivel parecido al de sus últimas actuaciones. La mayoría de las veces ha tenido que hacerse un hueco gracias a los imprevistos y las ausencias de otros compañeros, pero así es el Real Madrid y él está convencido de que es su casa y puede ir ganando minutos. En este final de curso va a tener muchos, justo cuando se juega todo lo importante, dando sentido a la política que Zidane aprendió de Ancelotti basada en aprovechar cada recurso que tienes en tu vestuario. «Se puede ayudar al grupo jugando un minuto o todos», repetía siempre el italiano, que también hizo entender a Isco la necesidad de trabajar sin balón para poder estar en un club grande. Tanto él como James, los dos con alma de atacante más que de centrocampista, comprendieron que tenían que correr para recuperar la pelota y ayudar al trabajo táctico. Ahora el ex del Málaga está siempre arriba en la lista de metros recorridos en cada partido y el Bernabéu premia especialmente cada acción defensiva. Con las ofensivas, lo que hace el público es ponerse de pie.

Zidane, como siempre, no quiso dar ninguna pista sobre sus planes con su ya típico «verás mañana cómo vamos a jugar», pero Isco está en su cabeza para equilibrar el centro del campo y ponerle un poco de magia al derbi.