Tenis
La nueva vida de la rusa Kasatkina tras salir del armario
La número 8 del mundo lleva dos años sin ver a su padre por la pandemia y la invasión a Ucrania
Daria Kasatkina es una de las tenistas rusas que está compitiendo en el Abierto de Australia. La jugadora entrenada por Carlos Martínez es una top 10 que hace nueve años dio el gran salto desde el puesto 370 del ranking y que en 2018 ya se coló entre las diez mejores del mundo. El año pasado se asentó entre las mejores y en esa consolidación tuvo mucho que ver a nivel mental su salida del armario cuando anunció la relación que mantenía con la patinadora rusa Natalia Zabiiako. El anuncio provocó una corriente de solidaridad entre las compañeras del circuito y más de un problema en su país. Kasatkina se encuentra en segunda ronda de Melbourne donde se va a medir con otra rusa Varvara Gracheva.
“Fue genial salir del armario: no encontré ningún tipo de negatividad, sobre todo por parte de la gente que conozco. Es un tema muy sensible, así que estaba lista para encontrarme reacciones negativas, pero no hubo nada de eso. Estoy muy agradecida, me hizo sentir genial. Muchas jugadoras se me acercaron, aún lo hacen, y me dicen que está genial, o me felicitan. Eso es muy agradable. Salir del armario me ayudó. Sentí menos presión. Me quité una carga de los hombros, porque cuando tienes que pensar en el tenis, pero también en temas mucho más profundos que están dentro de tu cabeza, todo es más difícil. Recuerdo que, después de contarlo, me sentí mucho mejor. Fue una de las mejores decisiones que tomé el año pasado y estoy feliz con el resultado. Y gracias a la gente que estaba a mi lado para apoyarme”.
Kasatkina no es ajena al conflicto que su país ha provocado con la invasión a Ucrania y la polémica de la prohibición de las banderas rusas en el torneo. “Estoy preocupada. Tengo muchas amigas y gente que conozco de Ucrania. Escuchar las historias, lo que me cuentan... me pongo en su piel y es muy doloroso. Es durísimo, y llevan prácticamente un año viviendo bajo esas circunstancias. Quiero que esto termine lo antes posible, pero por desgracia no depende de nosotros. Son amigos y quiero mostrarles mi cariño y mi amor porque sé que la situación es muy dura, mucho más para ellos”. Y continúa: “Nunca sabes qué puede pasar. No debes mirar demasiado al futuro porque no sabes lo que puede ocurrir. No sabes qué puede pasar mañana. Para mucha gente es importante tener el apoyo de la familia y amigos. Ha sido muy duro porque... mis amigos y mi familia no han podido viajar conmigo, primero por la pandemia y luego por la guerra. Es difícil no poder ver a la gente que amo con asiduidad. De hecho, apenas puedo verles. Llevo dos años sin ver a mi padre. Es lo que hay. Es la vida, por desgracia. Doy las gracias de no estar en un escenario aún peor”.
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