Tenis
Marc López, de entrenar a Nadal a entrenar a Paolini: "Es bajita, el saque no es su mejor golpe... Pero juega de maravilla"
Marc López, que ganó un oro olímpico con Nadal y lo entrenó en su última etapa, empieza a trabajar con Jasmine Paolini, también campeona olímpica, una tenista a contracorriente de las jugadoras de hoy en día, a la que intenta dar una visión más táctica
El teléfono de Marc López volvió a sonar con una petición inesperada. En 2021, al otro lado estaba Carlos Moyá y le propuso entrar a formar parte del equipo de trabajo de Rafa Nadal. En aquella ocasión dijo que se lo pensaría, pero un minuto después de colgar llamó él para dar el «sí». Amigo íntimo del balear, pasó a ser uno de sus entrenadores en un último tramo de su carrera, en el que ganó dos de sus 22 Grand Slams. Esta vez la llamada fue de Guille Aylón, el aragonés que representa a la italiana Jasmine Paolini, una de las sensaciones del circuito la pasada temporada, finalista de Roland Garros y Wimbledon. «Lo conocía de verlo por el circuito y tenemos amigos en común. Me dijo que Jasmine había tomado la decisión de cambiar de entrenador y que había pensado en mí», afirma Marc en los intestinos de la Caja Mágica, tras un entrenamiento con su nueva jugadora previo a su debut en el Mutua Madrid Open. Esta vez se lo pensó un día. «Sólo por aceptar la situación de volver a estar viajando, cuando tienes una niña pequeña... Lo valoré y estaba convencidísimo», dice.
Hace cuatro años nació su hija y después de la retirada de Nadal quería estar un tiempo en casa tranquilo, después toda la vida, primero como tenista y luego como técnico, teniendo que conciliar su vida profesional y los viajes, con su vida personal, pero apenas han sido unos meses y vuelve a la carretera. «De momento son unas semanas de prueba, toda la gira de tierra. Lo primero es que ella tenga buen ‘‘feeling’’ conmigo, llevaba nueve años con un entrenador [Renzo Furlan] de su país, y para mí es la primera experiencia con una jugadora. Considero que puedo aportar cosas y me motivaba probarlo. Veremos si encajamos», admite.
El pasado 7 de abril Paolini viajó a Barcelona para que se conocieran y el 12 ya fueron a jugar a Stuttgart, torneo en el que la italiana llegó a la final. Sólo Sabalenka, la número uno del mundo, pudo frenarla. Lo que Marc se ha encontrado es una chica que «aparte de jugar de maravilla, es muy alegre». «Sonríe mucho, le gusta lo que hace, es simpática, y eso también ayudó un poco a aceptar el proyecto, además de entrenar a una “top 6’’ que es ahora (llegó a ser la cuatro del mundo)», reconoce Marc.
«Me encanta su juego. Tiene unos golpes que me gustan mucho, me identifico con ella porque es bajita, el servicio no es su mejor golpe... Creo que mi manera de entender el tenis va un poco acorde con su manera de jugar. Ella ya es top, pero creo que en algunas cosas puedo dar otra visión y ayudarla aportando mi granito de arena», desgrana. Por ejemplo, se ha dado cuenta de que en el circuito femenino hay muchísimo nivel, pero se juega de forma similar, casi todas mucho más recto, más plano y directo. «A mí me gusta más preparar el punto, tirar con más efecto. Ella lo hace muy bien, yo no digo que tenga que cambiar su forma de jugar, pero se puede llegar a este término medio, hacer pequeñas variaciones para molestar más a las rivales», analiza López. Paolini es una jugadora menuda de tamaño (mide 1,63) dentro de un tenis que tiende a lo contrario: tenistas grandes y pegadoras: «Por eso tiene más mérito y te demuestra que a lo mejor juega mejor que las demás porque tiene menos armas, no es tan alta, para llegar a una pelota tiene que dar más pasos... Pero a mí me gusta este tipo de jugadoras», admite López.
Dos medallas de oro
Los entrenamientos de tenis también les están sirviendo para aprender idiomas. «Ella entiende todo en español, yo hablo en italiano, mejor que inglés, pero hacemos como una mezcla: yo le hablo en italiano, pero ella prefiere que le hable en español y así también aprende», desvela Marc que, como su pupila, es campeón olímpico en dobles (lo fue con Nadal en Río 2016, Paolini con Sara Errani en París 2024). Eso dio para generar buen ambiente en el entrenamiento de ayer. «Hemos dicho de hacer un doble con Sara y su entrenador, y ella en broma ha dicho: ‘‘El único que no tiene medalla de oro aquí eres tú, Pablo’’ [Lozano, el preparador de Errani]. Es importante, nos conocemos desde hace poco, pero ya hay bromas. Sara lleva toda su vida entrenando en Valencia y también tiene un entrenador español, como el mánager. Eso me ha ayudado a integrarme más», reconoce Marc López.
Nadal, un referente para Paolini
«A veces sí me pregunta por Nadal, ella lo tiene como un referente, pero suelo ser más yo el que le pone ejemplos. Quiere detalles más íntimos de él, saber rutinas que le gustaba hacer de entreno... Voy a intentar trasladarle mi experiencia con Nadal, que es el único al que he entrenado, y todo lo que pueda aprovechar, mejor que mejor», dice un entrenador que vuelve a salir de la zona de confort, ahora con esta experiencia, antes con el reto de entrenar a un amigo: «Al principio fue difícil, pero desde el minuto uno Rafa dijo, hablando claro, que si me pagaba era para que le ayudara como entrenador, no para que le riera las gracias, que si hacía algo mal se lo dijera».
Después de Madrid, Marc irá con Paolini a Roma y a Roland Garros. Si todo va bien y continúan, tendrá que seguir echando de menos a su pequeña por los viajes.