Viña del Mar
Más allá de los sueños
Sí, está muy bien eso de ser número uno, pero a Nadal lo que le preocupaba después de haber derrotado a Wawrinka y ratificar lo que ha sido sin discusión durante 2013, el mejor jugador del mundo, era salir a toda prisa del O2 Arena para acudir a Stamford Bridge a presenciar el Chelsea-Schalke de la Liga de Campeones. Es otra muestra de grandeza de Rafa y la última prueba de que su objetivo este año no era tanto el número uno como volver a ser y sentirse competitivo. Lo ha conseguido y de qué manera. «Es uno de los mayores logros de mi carrera. No era mi principal objetivo este año, pero después de todos los éxitos que he cosechado y, sobre todo, después de lo que ocurrió la anterior temporada, sentía que merecía estar ahí al final». Pocas veces en los 40 años que lleva vigente el ranking un jugador acabó en lo más alto con tanto merecimiento.
Nadal necesitaba ganar dos partidos en Londres para no estar pendiente de lo que hiciera Djokovic. Dicho y hecho. Primero fue Ferrer y ayer, Wawrinka. Dos victorias, cuatro sets, y Rafa se ha garantizado arrancar la próxima temporada en lo más alto haga lo que haga Djokovic en el Torneo de Maestros y en la Copa Davis. Nadal ya ocupó este puesto a finales de 2008 y de 2010. Esta ocasión es más especial porque ningún otro jugador recuperó tan privilegiada posición tres años después de serlo por última vez y con todos los problemas físicos que atravesó el español en 2012. «No es lo mismo ser el número uno en un momento dado –como fueron sus dos predecesores españoles, Carlos Moyá y Juan Carlos Ferrero– que terminar el primero. Esto es una liga que empieza en enero, y en 2013 soy el campeón de la liga del tenis», señaló con la mente ya puesta en Stamford Bridge.
Para Rafa este año no puede ser más especial. Su temporada ha estado plagada de momentos inolvidables. Reapareció el 6 de febrero en Viña del Mar, ganó el primer torneo en México, conquistó el octavo Roland Garros, volvió a derrotar a Djokovic, ganó el Abierto de Estados Unidos... Y con todo eso, no pudo ratificar el número uno hasta hoy. «Es la prueba de lo bueno que es Djokovic», aseguró y luego hizo un balance de un año muy especial: «No sé si ésta es la mejor temporada de mi carrera a nivel de resultados, pero a nivel de dificultad no tengo ninguna duda». Ahora, con la clasificación para semifinales conseguida, «amenaza» con centrarse en el Barclays ATP World Tour Finals. «Toca seguir en el torneo y jugar mejor que hasta ahora. Necesito jugar mejor, lo sé, con algo más de frescura», aseguró tras superar a Wawrinka. El suizo le llevó hasta el desempate en los dos sets, pero Rafa terminó con buenas sensaciones. «Al final, o hacía algo más o me estaba comiendo el terreno. He jugado mejor con el drive y me he ido a la red. Con más decisión, determinación y agresividad he podido cerrar el partido». El sueño continúa.
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