Tenis
Matteo Berrettini: "Mi abuelo de 86 años sigue jugando al tenis"
Vuelve a disfrutar en la pista tras un calvario de lesiones. En esta entrevista explica todo el proceso y cómo casi nació con una raqueta
Matteo Berrettini (Roma, 29 años) se explica en un español fluido. «Lo estudié en la escuela y también he trabajado con muchos españoles en mi carrera y me gusta aprender idiomas», desvela. Después de llegar al «top 10», las lesiones se le acumularon y entró en un agujero negro del que logró salir. De todo este proceso habla en una charla en la que queda claro que el tenis lo lleva en la sangre. En el Mutua Madrid Open busca hoy ante Jack Draper la presencia en octavos de final.
Acabó 2024 con el Premio al Jugador con Mejor Regreso del año, tras caer al puesto 154 por las lesiones y remontar hasta el «top 40». Es un galardón que, en el fondo, nadie quiere recibir porque regresar supone que antes ha habido una caída...
Fue un honor muy grande, porque es un premio que votan los jugadores. Claro que pasó algo malo antes para regresar, pero al mismo tiempo significa que he trabajado muy bien junto con mi equipo y mi familia para volver y jugar a mi mejor nivel.
¿Cómo se afronta el hecho de ir encadenando lesiones?
Primero fue la mano derecha, que me operé; después me rompí el abdominal dos o tres veces; el tobillo... Mentalmente también fue muy duro, porque me notaba que no tenía la misma energía para volver. Creo que fue importante empezar de cero, cambiar un poco de equipo y volver a disfrutar del tenis como deporte, como mi pasión, y no como un trabajo que tenía que hacer. Gracias a la gente que me ayudó, ahora estoy aquí disfrutando mucho más.
¿Qué lesión fue peor?
Son diferentes. La del abdominal es muy duro porque es algo muscular y tienes que ganar la confianza de ir a tope otra vez después de romperte, y no es fácil; sobre todo cuando empiezas a notar otra vez que se pone tensa la parte, el no pensar en eso y pensar: «Vale, voy a sacar a 200 por hora, tengo un poco de miedo, pero no voy a pensar en ello..» Sabes, es muy duro. Cuando te lesionas la mano, una vez que está operada y el brazo tiene la musculatura de antes, ya está. Y el tobillo, lo mismo.
"Lo más importante es darte cuenta de que está bien pedir ayuda, admitir que no pasa nada por estar sufriendo"
¿Necesitó ayuda psicológica?
Sí, buscada, con la familia y mi equipo. Lo más importante es darte cuenta de que está bien pedir ayuda, admitir que no pasa nada por estar sufriendo; ese fue un gran paso que fui capaz de dar.
Lo que no se olvida es cómo dar la derecha...
Estamos trabajando con mi derecha, mi saque, mi revés... Todos los golpes pueden ser mejor, porque al final nunca se para de aprender, pero claro que el saque y la derecha siempre van a ser mis principales armas, porque es algo de instinto, casi de genética, que tú tienes y siempre va a estar ahí.
Antes de las lesiones, encadenó «Grand Slams» fantásticos, en los que sólo perdía con Djokovic y Nadal.
He tenido años que me notaba muy sólido en los «Grand Slams». He perdido tres veces el mismo año con Novak, siempre partidos duros, y con Rafa, dos semifinales. Me sentía un poco desafortunado de jugar con ellos, pero al mismo tiempo muy afortunado, porque jugar contra los mejores de siempre es algo que voy a llevar en mi memoria, en mis recuerdos, en mi corazón, para siempre.
"Me sentía un poco desafortunado de jugar con Djokovic y Nadal, pero al mismo tiempo muy afortunado, porque jugar contra los mejores de siempre es algo que voy a llevar en mi corazón"
Pero este año sí ha ganado a Djokovic en Doha.
La primera vez, la primera vez. No era un «Grand Slam», pero fue un partido que jugué muy bien. Tenía ganas de vencerlo por primera vez y espero que no sea la última.
¿Cree que usted es mejor después de todo lo vivido?
Siempre se va madurando y creciendo, como persona y como jugador. Ahora veo las cosas un poquito más claras. Cuando eres más joven vas más por instinto, por ganas, y ahora estoy más tranquilo en algunas situaciones porque ya sé qué va a pasar. Es normal notarse un poco tenso antes de un torneo importante, pero antes lo vivía con más estrés y ahora es más normal porque ya lo he vivido muchas veces. Y en pista, lo mismo.
Juega al tenis desde niño y es tradición en su familia...
Casi nací con una raqueta en la mano.
Uno de mis abuelos juega todavía, y tiene 86 años, y mi familia también. Ninguno fue profesional antes de mí o de mi hermano [Jacopo, de 26 años, es el 331 del mundo], pero es algo que tenemos en la sangre y por eso jugar enfrente de ellos es un sueño, nos hace muy feliz. Ojalá mi hermano llegue al mismo nivel que yo y podamos jugar los mejores torneos juntos.